05-16-2004, 03:19 AM
¿Las cosas CAMBIAN, me pregunto.., TANTO?
César, el casi mÃtico César, ¡oh!, el ENORME César habrÃa sobrepasado el medio siglo de vida cuando la VIGOROSA ambición le llevó a tirar el dado; y, ¡CATÃSTROFE absoluta!, cuando los viles asesinos atravesaron aquella pletórica carne, la sangre vivificadora que derramaron estaba presta a [b:98801c0151]resucitar[/b:98801c0151] de entre los muertos el orbe entero.
El incansable y aguerrido Enrico Dandolo, bravo y potente, se acercaba al siglo cuando, encaramado al palo mayor de su nave capitana, animaba sin tregua a sus tropas para que allanasen el orgullo del todopoderoso basileus; y, NUNCA ha habido deseo tanto en las hembras de la Nueva Roma como cuando la hirviente y curiosa mirada del dux de Venezia se relamÃa desde el trono que habÃa [b:98801c0151]conquistado[/b:98801c0151].
El maestro Borges tenÃa la edad que algunos considerarÃan ya de mecedoras y poca calle cuando, un nuevo enamorado Romeo.., empezó a coquetear con el GENIO en "[i:98801c0151]El Aleph[/i:98801c0151]"; el maestro Compay Segundo, eterno donde los haya, estaba muy ilusionado y con tela de ganas de trabajar con los/as chicos/as, cuando, entrando en la séptima década de su vida, le ofrecieron iniciar una carrera docente; NADIE fué capaz de mover las caderas con la salud, la fuerza y la tentación que las movÃa la adorada Celia Cruz, maestra de maestros, a partir de los cincuenta...
La HISTORIA (no la crónica cotidiana de frustraciones, mezquindades, envidias, lloriqueos cobardes y vergüenzas idiotas) está llenita, llenita, LLENA de lo que algunos/as estúpidos/as llamarÃan, queriendo hacerse asà como de [i:98801c0151]people[/i:98801c0151] muy puesto y tal.., [i:98801c0151]personas de edad[/i:98801c0151] que, a los/as que distamos de alcanzar el, por lo visto.., punto de inflexión del medio siglo, a su lado, nos dejan a la altura de la momia arqueológica, del pacato vejete y del polvoriento cobardica en busca de excusas como sea.
MILES de cimas de la especie humana tienen su base sobrepasados los cincuenta... Con mi edad, por ejemplo, salvo que seas el gran Alejandro o la misma Encarnación de Dios Nuestro Señor en este valle de lágrimas, das muy, muy, muy [b:98801c0151]poco[/b:98801c0151] juego a la HISTORIA.
Algunos/as estiman que, a su edad, incluso pueden estar socialmente mejor mirando en la [i:98801c0151]tele[/i:98801c0151] como apalean a cuatro mozos y dos nenitas o escribiendo delicuescentes diarios para un futuro ignoto donde, ¡faltarÃa más!, se disculparán (alegando la omnipresente edad que baila la mona en sus discursos, notas y comentarios...) por haber seguido en zapatillas mientras el planeta se ESCANDALIZABA.
Quizá, con todo eso de [i:98801c0151]Internet[/i:98801c0151].., esos/as mismos/as habrán encontrado la manera, ¡por fin!, de ser unos/as [i:98801c0151]voyeurs[/i:98801c0151] [i:98801c0151]full time[/i:98801c0151] y en colorines mientras nos quieren convencer subliminalmente a todos/as que, en realidad, maestros de la talla de, entre cientos y cientos.., la respetadÃsima profesora Ursula Lehr se EQUIVOCA cuando sitúa el envejecimiento en un PROCESO de [b:98801c0151]aprendizaje[/b:98801c0151] y, ¡NO en un [i:98801c0151]elán[/i:98801c0151] como que casi genético..! (porque, como ella, entiendo que NO es lo mismo decrepitud que senectud y es DEMENTE hablar del periplo de un ser humano como si, a la postre, la biologÃa metiera la pata proporcionando unos años absolutamente INSERVIBLES o, al menos, MENOSPRECIABLES desde algún punto de vista).
Yo, modestamente, procuraré NO se olvide que, sin ir más lejos.., está plenamente DOCUMENTADO que la mayorÃa de asaltantes a la Bastilla, la mayorÃa de los que entraron en el Palacio de Invierno y la abrumadora mayorÃa de los que gritaron de júbilo ante la Casa Rosada porque se le cortaba el pescuezo a la impunidad el otro dÃa tenÃan MÃS de cincuenta años.
Aunque sólo sea porque un dÃa llegaré..; y, claro.., hay que prevenir no empiecen a decirte que te quedes en casa y no vayas por ahà incordiando con tus [i:98801c0151]batallitas[/i:98801c0151]...
Una anécdota personal: un dÃa, comenté con mi padre, Dios Nuestro Señor lo haya perdonado, que, quizá.., como ya se iba haciendo mayor (tendrÃa entonces, precisamente, unos cincuenta años...) y yo, en fin.., ya tenÃa la carrera terminada y todo eso, y como lo NATURAL era que se [i:98801c0151]dejase paso a la juventud[/i:98801c0151], pues.., que yo podrÃa llevar las cuentas, vaya..; y, él, pues a descansar y demás... Mi padre, a.c.s., hablaba muy poco; y, conmigo NO hacia una excepción: me miró con cara de que cuando tú vas yo ya he vuelto, he tomado café y me estoy aburriendo de esperar; y, me dijo, tajante, "[i:98801c0151]NO estoy de acuerdo con que uno tenga que apartarse para ponéroslo fácil; me parece que tú, como todos/as, si quieres y puedes, tendrás que apartarme: entonces, de acuerdo; pero, ¡NO esperes que te lo ponga en bandeja porque te va bien pensar que, mira.., ya soy viejo..![/i:98801c0151]".
A mÃ, entonces, me JODIÓ (ya me habÃa explicado a mi mismo el cuento de la lechera de mil maneras distintas...); pero, pasado el tiempo, se lo [b:98801c0151]agradezco[/b:98801c0151] infinito: cuando llegué el momento, a mà TAMPOCO me venderán [i:98801c0151]motos[/i:98801c0151] cutres ni [i:98801c0151]submarinos[/i:98801c0151] con goteras; y, si, al final, tengo que poner el [i:98801c0151]pompis[/i:98801c0151] para que me den, ¡ya procuraré yo NO ser, además, quien paga las copas, el taxi y la cama..!
Porque, estimo que la edad es no más que EDAD; y, NO consciente y premeditada COARTADA.
Ni para unos/as ni para otros/as.
[i:98801c0151]Dixit[/i:98801c0151].
Siempre a su disposición, [i:98801c0151]mes amis/es[/i:98801c0151].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1919 hs. p.m.
César, el casi mÃtico César, ¡oh!, el ENORME César habrÃa sobrepasado el medio siglo de vida cuando la VIGOROSA ambición le llevó a tirar el dado; y, ¡CATÃSTROFE absoluta!, cuando los viles asesinos atravesaron aquella pletórica carne, la sangre vivificadora que derramaron estaba presta a [b:98801c0151]resucitar[/b:98801c0151] de entre los muertos el orbe entero.
El incansable y aguerrido Enrico Dandolo, bravo y potente, se acercaba al siglo cuando, encaramado al palo mayor de su nave capitana, animaba sin tregua a sus tropas para que allanasen el orgullo del todopoderoso basileus; y, NUNCA ha habido deseo tanto en las hembras de la Nueva Roma como cuando la hirviente y curiosa mirada del dux de Venezia se relamÃa desde el trono que habÃa [b:98801c0151]conquistado[/b:98801c0151].
El maestro Borges tenÃa la edad que algunos considerarÃan ya de mecedoras y poca calle cuando, un nuevo enamorado Romeo.., empezó a coquetear con el GENIO en "[i:98801c0151]El Aleph[/i:98801c0151]"; el maestro Compay Segundo, eterno donde los haya, estaba muy ilusionado y con tela de ganas de trabajar con los/as chicos/as, cuando, entrando en la séptima década de su vida, le ofrecieron iniciar una carrera docente; NADIE fué capaz de mover las caderas con la salud, la fuerza y la tentación que las movÃa la adorada Celia Cruz, maestra de maestros, a partir de los cincuenta...
La HISTORIA (no la crónica cotidiana de frustraciones, mezquindades, envidias, lloriqueos cobardes y vergüenzas idiotas) está llenita, llenita, LLENA de lo que algunos/as estúpidos/as llamarÃan, queriendo hacerse asà como de [i:98801c0151]people[/i:98801c0151] muy puesto y tal.., [i:98801c0151]personas de edad[/i:98801c0151] que, a los/as que distamos de alcanzar el, por lo visto.., punto de inflexión del medio siglo, a su lado, nos dejan a la altura de la momia arqueológica, del pacato vejete y del polvoriento cobardica en busca de excusas como sea.
MILES de cimas de la especie humana tienen su base sobrepasados los cincuenta... Con mi edad, por ejemplo, salvo que seas el gran Alejandro o la misma Encarnación de Dios Nuestro Señor en este valle de lágrimas, das muy, muy, muy [b:98801c0151]poco[/b:98801c0151] juego a la HISTORIA.
Algunos/as estiman que, a su edad, incluso pueden estar socialmente mejor mirando en la [i:98801c0151]tele[/i:98801c0151] como apalean a cuatro mozos y dos nenitas o escribiendo delicuescentes diarios para un futuro ignoto donde, ¡faltarÃa más!, se disculparán (alegando la omnipresente edad que baila la mona en sus discursos, notas y comentarios...) por haber seguido en zapatillas mientras el planeta se ESCANDALIZABA.
Quizá, con todo eso de [i:98801c0151]Internet[/i:98801c0151].., esos/as mismos/as habrán encontrado la manera, ¡por fin!, de ser unos/as [i:98801c0151]voyeurs[/i:98801c0151] [i:98801c0151]full time[/i:98801c0151] y en colorines mientras nos quieren convencer subliminalmente a todos/as que, en realidad, maestros de la talla de, entre cientos y cientos.., la respetadÃsima profesora Ursula Lehr se EQUIVOCA cuando sitúa el envejecimiento en un PROCESO de [b:98801c0151]aprendizaje[/b:98801c0151] y, ¡NO en un [i:98801c0151]elán[/i:98801c0151] como que casi genético..! (porque, como ella, entiendo que NO es lo mismo decrepitud que senectud y es DEMENTE hablar del periplo de un ser humano como si, a la postre, la biologÃa metiera la pata proporcionando unos años absolutamente INSERVIBLES o, al menos, MENOSPRECIABLES desde algún punto de vista).
Yo, modestamente, procuraré NO se olvide que, sin ir más lejos.., está plenamente DOCUMENTADO que la mayorÃa de asaltantes a la Bastilla, la mayorÃa de los que entraron en el Palacio de Invierno y la abrumadora mayorÃa de los que gritaron de júbilo ante la Casa Rosada porque se le cortaba el pescuezo a la impunidad el otro dÃa tenÃan MÃS de cincuenta años.
Aunque sólo sea porque un dÃa llegaré..; y, claro.., hay que prevenir no empiecen a decirte que te quedes en casa y no vayas por ahà incordiando con tus [i:98801c0151]batallitas[/i:98801c0151]...
Una anécdota personal: un dÃa, comenté con mi padre, Dios Nuestro Señor lo haya perdonado, que, quizá.., como ya se iba haciendo mayor (tendrÃa entonces, precisamente, unos cincuenta años...) y yo, en fin.., ya tenÃa la carrera terminada y todo eso, y como lo NATURAL era que se [i:98801c0151]dejase paso a la juventud[/i:98801c0151], pues.., que yo podrÃa llevar las cuentas, vaya..; y, él, pues a descansar y demás... Mi padre, a.c.s., hablaba muy poco; y, conmigo NO hacia una excepción: me miró con cara de que cuando tú vas yo ya he vuelto, he tomado café y me estoy aburriendo de esperar; y, me dijo, tajante, "[i:98801c0151]NO estoy de acuerdo con que uno tenga que apartarse para ponéroslo fácil; me parece que tú, como todos/as, si quieres y puedes, tendrás que apartarme: entonces, de acuerdo; pero, ¡NO esperes que te lo ponga en bandeja porque te va bien pensar que, mira.., ya soy viejo..![/i:98801c0151]".
A mÃ, entonces, me JODIÓ (ya me habÃa explicado a mi mismo el cuento de la lechera de mil maneras distintas...); pero, pasado el tiempo, se lo [b:98801c0151]agradezco[/b:98801c0151] infinito: cuando llegué el momento, a mà TAMPOCO me venderán [i:98801c0151]motos[/i:98801c0151] cutres ni [i:98801c0151]submarinos[/i:98801c0151] con goteras; y, si, al final, tengo que poner el [i:98801c0151]pompis[/i:98801c0151] para que me den, ¡ya procuraré yo NO ser, además, quien paga las copas, el taxi y la cama..!
Porque, estimo que la edad es no más que EDAD; y, NO consciente y premeditada COARTADA.
Ni para unos/as ni para otros/as.
[i:98801c0151]Dixit[/i:98801c0151].
Siempre a su disposición, [i:98801c0151]mes amis/es[/i:98801c0151].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
15/05/2004, 1919 hs. p.m.
