03-05-2005, 09:48 AM
Su Alteza Real la princesa Sattareh Farman Farmaian sobrevivió a [u:14253b8e3f]cuatro[/u:14253b8e3f] revoluciones, cada una MÃS traumática que la anterior.
Nació entre las mil veces bellas rosas de Siraz. Era una de las numerosÃsimas hijas del espléndido harén de un prÃncipe de la preclara estirpe de los [i:14253b8e3f]qâyîârÃes[/i:14253b8e3f]; que, imperaban en el trono persa desde finales del XVIII, cuando tan culta dinastÃa substituyó a la Casa de los Zend. Si bien afirmaba NO saber la fecha exacta, debió de ser poco antes del [i:14253b8e3f]golpe de estado[/i:14253b8e3f] de 1921, año en que aquel infausto coronel encumbrado del fango y sin una sola gota de sangre como Dios Nuestro Señor manda llamado Rhida Khan Pahlavî se hizo con la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] en Persia; éste habÃa sido un miserable soldado raso al que los británicos, según se dice, TOLERARON tomase, digamos.., la sartén por el mango de, para los británicos.., aquellos [i:14253b8e3f]bárbaros[/i:14253b8e3f] y del que, jocosos, ¡estimaban que era sólo por su imponente, monstruosa estatura en una cultura donde los hombres altos inspiran temor por lo que estaba donde estaba! La madre del tal [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f], que culpaba al destino por las sandÃas en mal estado que traÃa del mercado.., constituÃa un SÃMBOLO de las [b:14253b8e3f]inhibiciones[/b:14253b8e3f] que hacÃan del antaño orgulloso y poderosÃsimo imperio de los aqueménidas, de los seléucidas, de los arsácidas, de los sasánidas, de los selyúcidas, de los safawÃes, un paÃs ATRASADO, pobre, tÃmido y [b:14253b8e3f]victimizado[/b:14253b8e3f] por el United Kingdom, por la [i:14253b8e3f]Tercera Roma[/i:14253b8e3f] y por un clima hiper-caprichoso y desesperamente reseco... El tal Rhida Khan achacó al Islam el “[i:14253b8e3f]fanatismo y la indolencia[/i:14253b8e3f]†que producÃan que se hicieran todavÃa los fuegos para cocinar con excrementos en las calles del centro de Teherán, repletas de ganado y en las cuales derviches asquerosÃsimos y peludos como osos vendÃan [i:14253b8e3f]curas para la calvicie[/i:14253b8e3f].
¡Ah!; el ejemplo de la TurquÃa de [i:14253b8e3f]Ataturk[/i:14253b8e3f] hacÃa pensar, no sé.., que la [b:14253b8e3f]secularización[/b:14253b8e3f] supondrÃa una influencia “[i:14253b8e3f]modernizadora[/i:14253b8e3f]†y PROGRESISTA; que, crearÃa ciudades con anchas avenidas y calles llenas de coches... Fueron los hasta entonces displicentemente [b:14253b8e3f]tolerados[/b:14253b8e3f], digamos.., intelectuales persas quienes habÃan exigido tan pronto como hacerlo no supuso peligro APISONADORAS en, por ejemplo, la plaza de Maidané Aminés-Saltah (en Teherán, aclaro a poco viajadetes...) y, de una vez por todas, “[i:14253b8e3f]un hábil médico para un paÃs enfermo[/i:14253b8e3f]â€; pero, el tal Rhida Khan sólo conoció –de niño y de hombre- la vida en el ejército, ¡en aquel ejército!; se le daba, pues, mejor mandar que recetar.
ARRASÓ frenéticamente, sin contemplación ni rubor algunos, los exquisitos barrios medievales de las ciudades persas; construyó con feroz, infinita tenacidad urbanizaciones baratas inspiradas en las de Occidente; BARRIÓ el mundo, ¡ay!, de la entonces pequeña princesa [b:14253b8e3f]humillando[/b:14253b8e3f] procazmente a la antigua dinastÃa y haciéndose coronar [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
DESTRUYÓ los elegantes recintos palaciegos de la destronada realeza de los [i:14253b8e3f]qâyîârÃes[/i:14253b8e3f], los preciosos hogares de la desventurada princesa, el delicado harén de las meta-numerosas familias donde vivió, y [b:14253b8e3f]descartó[/b:14253b8e3f] a sus augustos habitantes, ¡[i:14253b8e3f]sangre azul[/i:14253b8e3f] absoluta!, cual si fuesen “[i:14253b8e3f]gusanos extraÃdos de un cadáver que estaba descuartizado[/i:14253b8e3f]â€.
Pero, ¡ah..!, las revoluciones, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f], son, a fin de cuentas, cosa fácil; las REFORMAS es lo que es, ¡vaya!, tela, tela, tela DIFÃCIL.
Las antiguas instituciones persas, bueno.., pues TOLERARON la [i:14253b8e3f]peli[/i:14253b8e3f] y NO opusieron ninguna resistencia al, digamos.., [i:14253b8e3f]neo-sha[/i:14253b8e3f]; sin embargo, ¡resultó IMPOSIBLE erradicar la religión!, aun cuando se pudiera abolir su poder formal y sofocar o reprimir sus sÃmbolos externos (en [b:14253b8e3f]este[/b:14253b8e3f] aspecto, damas y caballeros, Persia [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] era distinta de otros paÃses, ni lo era el Islam de las demás creencias –los/as, digamos.., intelectuales del siglo pasado compartÃan un craso ERROR al creer que ¡Dios Nuestro Señor habÃa muerto! y que la religión, por tanto, entrarÃa en un ineludible [i:14253b8e3f]continuum[/i:14253b8e3f] de rapidÃsimo debilitamiento..; en eso [b:14253b8e3f]querÃan[/b:14253b8e3f], tozudos/as, creer a pesar de toparse a todas horas y en toda circunstancia con los/as devotos/as de todas las fes, quienes afirmaban que se estaba, sin duda, preparando una crisis y denunciaban el peligro del crecimiento y la extensión del abominable escepticismo religioso; pues, NO hay nada que estimule tanto la [b:14253b8e3f]reacción[/b:14253b8e3f] religiosa como el temor a la [i:14253b8e3f]vendetta[/i:14253b8e3f], digamos.., pagana-).
En la Rusia del siglo pasado, pongo por caso, se han [b:14253b8e3f]burlado[/b:14253b8e3f] de la Cristiandad ortodoxa, la han ATORMENTADO y domado por mucho [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] tiempo que al Islam en lo que hoy se llama [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f]; pero, cuando el régimen comunista se derrumbó, el clero, doblegado por los golpes camino del calvario comunista, [b:14253b8e3f]rebrotó[/b:14253b8e3f] espléndido, armado hasta los topes de poderes espirituales ¡tras más de [u:14253b8e3f]setenta[/u:14253b8e3f] años de secularización asidua! El evidente FRACASO soviético en la promoción de una cultura, digamos.., laica en las repúblicas islámicas de la afortunadamente extinta [i:14253b8e3f]Unión[/i:14253b8e3f] se reflejó en la creciente [b:14253b8e3f]desesperación[/b:14253b8e3f] con que las obras de propaganda y “[i:14253b8e3f]sabidurÃa[/i:14253b8e3f]†caricaturizaban el Corán y acusaban al Islam de ser, ¡pásmense!, ni más ni menos que “[i:14253b8e3f]burgués[/i:14253b8e3f]â€. A la presión [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] sutil e insidiosa ejercida sobre la religión por el inhumano materialismo, el perverso consumismo y el egoÃsta humanismo en tierras de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f] siguió un renacimiento religioso fortÃsimo como para ayudar a “[i:14253b8e3f]espiritualmente renacidos[/i:14253b8e3f]†a llegar a la [i:14253b8e3f]White House[/i:14253b8e3f] como presidentes y restablecer “[i:14253b8e3f]cuatro pequeñas letras: D-I-O-S[/i:14253b8e3f]†en el discurso polÃtico (por si lo ignoraban, el [i:14253b8e3f]father[/i:14253b8e3f] –otro que tal...-del impresentable fascista que aspira ¡a la re-elección a mandamás de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f]! –que Dios Nuestro Señor nos coja confesados/as si algo asà ocurre, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f]...- empleó tal incalificable frase –en inglés, [i:14253b8e3f]of course[/i:14253b8e3f]...- en la campaña para las elecciones presidenciales del ’92; y, se TOLERÓ).
El Islam es tan difÃcil de suprimir como lo son otras religiones y acaso [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] difÃcil de erradicar de la polÃtica... Es una religión [b:14253b8e3f]polÃtica[/b:14253b8e3f]: su nombre mismo significa un [b:14253b8e3f]modo[/b:14253b8e3f] de vida, asà como un [b:14253b8e3f]sistema[/b:14253b8e3f] de fe; en el uso islámico, la sociedad civil y la congregación de fieles son [b:14253b8e3f]limÃtrofes[/b:14253b8e3f]; los preceptos del Profeta pretendÃan ser un código de derecho civil [b:14253b8e3f]suficiente[/b:14253b8e3f] para su época y en algunos paÃses islámicos son tratados como si aún lo fueran. En casi todos los estados musulmanes, en TODAS las épocas de la Historia, los gobiernos han tratado de conseguir una [b:14253b8e3f]legitimación[/b:14253b8e3f] religiosa, incluso en algunos casos en que dirigentes [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] islámicos se han introducido desde fuera (sin ir más lejos, en Sudán –donde el nieto del [i:14253b8e3f]Mahdi[/i:14253b8e3f] fue primer ministro hace nada, en 1989-, los británicos, que suplantaron la teocracia [i:14253b8e3f]mahdista[/i:14253b8e3f], se sentÃan orgullosos de haber “[i:14253b8e3f]acercado los sitios sagrados[/i:14253b8e3f]†y de haber “[i:14253b8e3f]subvencionado y ayudado a los hombres religiosos[/i:14253b8e3f]â€; y, si bien apartado de la primera lÃnea de la vida polÃtica desde los años ’20, el Islam ha continuado siendo una enorme [b:14253b8e3f]fuerza[/b:14253b8e3f] moral en la república turca, mientras que en otras partes del mundo islámico la secularización ha sido [b:14253b8e3f]abandonada[/b:14253b8e3f], dondequiera que se haya intentado imponer).
Al principio, damas y caballeros, en la Persia de la infancia de S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian, el auto-titulado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] Rhida precisaba como agua de mayo del apoyo de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f]; y, por tanto, TOLERÓ.
Pero, cuando lo hubieron ayudado –con su, en correspondencia, pragmática tolerancia...- a establecerse, se volvió abruptamente CONTRA ellos y trató de quitarles sus privilegios polÃticos y su influencia social. Prohibió con escogidas palabras de infinito desprecio la auto-flagelación e impuso por la fuerza tocados que hacÃan completamente [b:14253b8e3f]imposible[/b:14253b8e3f] postrarse para rezar. El absurdo y hasta ridÃculo nombre de [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f] (por, digamos.., [i:14253b8e3f]Tierra de los Arios[/i:14253b8e3f]; ¡casi [i:14253b8e3f]ná[/i:14253b8e3f]..!) que impuso en lugar del sacrosanto nombre de Persia suponÃa en sà mismo la proclamación ¡de una identidad compartida con los pueblos [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] islámicos de la India y de la Europa! Pero, [b:14253b8e3f]sobrevivió[/b:14253b8e3f] el sentido coránico de la trascendencia que todo musulmán aprende en la infancia; y, con él, la [b:14253b8e3f]reverencia[/b:14253b8e3f] sin matices ni fisuras inspirada tradicionalmente por los hombres santos. Ya la augusta madre de S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian (que, ordenaba a sus cocinas añadir más carne y mantequilla al arroz cuando tenÃa el privilegiadÃsimo honor de que la visitara un [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f]) advirtió que Dios Nuestro Señor [b:14253b8e3f]maldecirÃa[/b:14253b8e3f] a quien se llamaba [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] por su demente y brutal impiedad...
Mas, cuando la secularización se [b:14253b8e3f]revocó[/b:14253b8e3f], tras unos [u:14253b8e3f]cincuenta[/u:14253b8e3f] años de consistentes esfuerzos de los sucesivos gobiernos por marginar el Islam, lo que todavÃa se llama [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f] habÃa experimentado [u:14253b8e3f]dos[/u:14253b8e3f] revoluciones polÃticas por inducción [b:14253b8e3f]británica[/b:14253b8e3f]. La primera, en 1941, suplantó a Rhida Khan por su hijo, Muhammad Rhida. La segunda, en 1953, apoyada desvergozadamente por la [i:14253b8e3f]C.I.A.[/i:14253b8e3f], expulsó al [b:14253b8e3f]héroe[/b:14253b8e3f] de la princesa, el doctor Mussaddaq. Como resultado, a principios de los años ’60 la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] se habÃa concentrado en manos de un nuevo déspota, otro villano Pahlavî que se auto-denominaba [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
La imagen que tal [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f] tenÃa de sà mismo se proyectó en un libro oficial de fotografÃas, titulado “[i:14253b8e3f]Soberana Majestad en el Poder[/i:14253b8e3f]â€. Mirando (yo lo tengo...) desde las páginas satinadas, con la emoción oculta detrás de una mueca sin humor, con el bronco cabello del color del hierro y los ojos de un inquietante azul metálico, posaba en abracadabrantes sillas de oro purÃsimo, incómodamente tieso, con su lujosÃsimo traje abotonado de diamantes perfectos. Su familia, apiñada alrededor de él, cual el perfil de un campo magnético, le proporcionaba un resto de aspecto asà como humano, disimulado de inmediato por eléctricas posturas hieráticas, expresiones sin emoción y exclusivÃsima ropa de marca. Repudió la decoración lujosa, demasiado chillona para ser de buen gusto, afirmando con total falta de sinceridad que “[i:14253b8e3f]aunque el mobiliario de mis palacios sugiera algo distinto, realmente preferirÃa dormir en el suelo[/i:14253b8e3f]â€.
El relato de la vida en su corte hecho por un repugnante apologista demuestra el [b:14253b8e3f]tipo[/b:14253b8e3f] de hombre que era en realidad (cfr. “[i:14253b8e3f]The shah & I: The Confidencial Diary of Iran’s Royal Court[/i:14253b8e3f]†del impresentable Asadollah Alam –ED, London, 1991-): un asqueroso [b:14253b8e3f]oportunista[/b:14253b8e3f] resuelto a obtener un máximo de ingresos por el petróleo; un sucio [b:14253b8e3f]fanfarrón[/b:14253b8e3f] al que le encantaba embaucar a quienes le entrevistaban; un salvaje, perverso [b:14253b8e3f]misógino[/b:14253b8e3f] al que le ponÃan tope las prostitutas caras y sin manÃas y que recomendó terapia sexual para su heredero ¡antes incluso de que le salieran los pelos en la entrepierna!; un cruelÃsimo [b:14253b8e3f]autócrata[/b:14253b8e3f] corrompido hasta el tuétano por la VANIDAD y aislado a cal y canto por la omnipresente adulación. Estableció la auto-elogiosa rutina de convocar con regularidad a los embajadores británico y estadounidense, con lo que asà como que se convencÃa de que su, por llamarlo de alguna manera.., [i:14253b8e3f]dinastÃa[/i:14253b8e3f] habÃa puesto fin a la era de la dependencia y tal y tal, a la vez que halagaba la sensación de importancia que de sà tenÃan los embajadores. Se le caÃa la baba, como a un colegial idiota, con los catálogos de [b:14253b8e3f]armas[/b:14253b8e3f]; y, gastó a manos llenas los enormes ingresos de un [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] en los precios de la energÃa mundial para satisfacer su gusto por el material militar (en puridad, para ser tope preciso, deberÃa señalar que todos/as sabemos que tal [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] se debió a los ingresos del [b:14253b8e3f]petróleo[/b:14253b8e3f], cuyo precio se CUADRIPLICÓ en 1974 por decisión del propio auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f]).
Continuó, impaciente, absolutamente INTOLERANTE, con la polÃtica de secularización; mas con un DESDÉN muchÃsimo [b:14253b8e3f]peor[/b:14253b8e3f], en opinión de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f], que la ansiosa y bárbara hostilidad de su predecesor. CreÃa estar gobernando un pueblo que “[i:14253b8e3f]se asemejaba a los norteamericanos[/i:14253b8e3f]†en “[i:14253b8e3f]la Francia de Asia[/i:14253b8e3f]â€. Afirmaba “[i:14253b8e3f]creer con fervor auténtico[/i:14253b8e3f]†en el Islam y haber experimentado, de niño, visiones del mesiánico “[i:14253b8e3f]imán oculto[/i:14253b8e3f]†de la tradición profética [i:14253b8e3f]chiÃ[/i:14253b8e3f]: esto hizo más a favor de su orgullo que en el de su religiosidad y le proporcionó la alucinación de un camino hacia el empireo [b:14253b8e3f]propio[/b:14253b8e3f] de un [i:14253b8e3f]snob[/i:14253b8e3f], pasando por encima del clero musulmán. “[i:14253b8e3f]Sentà que un Ser Supremo me guiaba[/i:14253b8e3f]â€, declaró el [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f]... CompartÃa el sueño del antiguo monarca de “[i:14253b8e3f]atravesar Persépolis cabalgando triunfalmente al frente de mis ejércitos[/i:14253b8e3f]â€; y, se dice que gastó cientos de millones de dólares de entonces para celebrar las glorias de Ciro [i:14253b8e3f]el Grande[/i:14253b8e3f], vuelto a la vida en 1971 –según creÃa...- en su época y en su persona. Sin darse cuenta de la contradicción, se veÃa igualmente como un, pásmense.., ¡â€[i:14253b8e3f]lÃder revolucionario[/i:14253b8e3f]â€!; que, imponÃa la participación de los/as trabajadores/as en los beneficios, concedÃa derechos polÃticos a las mujeres, promovÃa la educación en las zonas rurales y dividÃa grandes latifundios en parcelas para los/as campesinos/as, en lo que denominó “[i:14253b8e3f]revolución blanca[/i:14253b8e3f]â€. Si bien esto, a cuatro cegatos/as, pudo haberles dado la impresión de ser una reforma agraria en la tradición de la de la Revolución Francesa o de Sun Yat-sen, de hecho equivalÃa [b:14253b8e3f]únicamente[/b:14253b8e3f] a la expropiación pura y dura de las propiedades [b:14253b8e3f]religiosas[/b:14253b8e3f]. Al poco de la proclamación de la llamada [i:14253b8e3f]revolución blanca[/i:14253b8e3f], en 1963, la policÃa disparó contra unos seminaristas que se manifestaban en la ciudad mil veces sagrada de Qum. Una pequeña pero, ojo al dato.., [b:14253b8e3f]inflexible[/b:14253b8e3f] facción de [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] de esta ciudad empezó a predicar y a conspirar para derrocar al auto-titulado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f]; sin que les hicieran apenas caso al principio...
Con el [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] petrolero de los años ’60 y principios de los ’70 se podÃa pagar, sÃ, tanto el progreso social (y, asÃ, calmar el malestar...) como los hombres y las armas para reprimirlo..; pero, cuando se [b:14253b8e3f]acabó[/b:14253b8e3f] el [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] y las dificultades económicas se amontonaron e hicieron ACUCIANTES, el auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f], al que mantenÃan aislado de las malas noticias y que, por tanto, no se enteró de los problemas, NO fue capaz de encontrar soluciones. La oposición MÃS peligrosa –la alternativa [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] convincente a su gobierno, vaya...- parecÃa proceder de la tradición [b:14253b8e3f]nacionalista[/b:14253b8e3f] legada por el doctor Mussaddaq y eso alentaba a la princesa Sattareh Farman Farmaian...
Pero, desde la perspectiva de los revolucionarios islámicos, los lÃderes nacionalistas se hallaban CONTAMINADOS por repugnantes [b:14253b8e3f]herejÃas[/b:14253b8e3f], como el modernismo, el occidentalismo y el laicismo. SIN capacidad propia para movilizar una revolución, los nacionalistas sólo podÃan llegar a alcanzar la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] si cooperaban con el auto-llamado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] o si se aliaban con intolerantes insurgentes de éxito. Un golpe militar les habrÃa, sin duda, convenido..; pero, NO habÃa quien lo llevara a cabo; del partido comunista clandestino se creÃa que constituÃa una impresionante amenaza..; pero, su reputación era, ¡vamos!, [b:14253b8e3f]exageradÃsima[/b:14253b8e3f], su ayuda, a fin de cuentas, [b:14253b8e3f]desagradaba[/b:14253b8e3f] en extremo y su fiabilidad resultaba, para más [i:14253b8e3f]inri[/i:14253b8e3f], casi NULA. La [b:14253b8e3f]única[/b:14253b8e3f] iniciativa potencialmente revolucionaria se encontraba en manos de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] de la mil veces sagrada ciudad de Qum.
El indiscutible e indiscutido ÉXITO de su principal propagandista, el [i:14253b8e3f]ayatollah[/i:14253b8e3f] Jomeini, que iba aumentado gradualmente, constituyó un [b:14253b8e3f]premio[/b:14253b8e3f] a su pura e intachable PERSISTENCIA. Si bien Jomeini [b:14253b8e3f]odiaba[/b:14253b8e3f] con todas sus fuerzas y más otras formas de modernización, se habÃa hecho con la tecnologÃa de la comunicación de masas y habÃa digerido uno de los [i:14253b8e3f]principia[/i:14253b8e3f] FUNDAMENTALES de la comercialización: un mensaje sencillo adquiere [b:14253b8e3f]credibilidad[/b:14253b8e3f] al ser REPETIDO. El mensaje de Jomeini consistÃa en repetir machaconamente que el régimen de aquel auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] era obra –literalmente- del DEMONIO; y, que constituÃa un [b:14253b8e3f]deber[/b:14253b8e3f] religioso DESTRUIRLO.
¡Ah!; la cultura persa es riquÃsima en humor anti-clerical..; en un paÃs donde se podÃa decir que la mejor manera de matar a un [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] es convidarlo a que se atiborre, la hiper-evidente INCORRUPTIBILIDAD de Jomeini le prestaba [u:14253b8e3f][i:14253b8e3f]auctoritas[/i:14253b8e3f][/u:14253b8e3f], coadyuvada por su casi demente absoluta convicción de ser santo. Gracias a sus emisiones desde el exilio algunos de sus oyentes creÃan que el [i:14253b8e3f]imán oculto[/i:14253b8e3f] estaba a punto de llegar y que verÃan la imagen de Jomeini sobre la faz de la luna, como señal inequÃvoca del favor de Dios Nuestro Señor.
Las charlas por radio combinaban las técnicas de la oratoria desde el púlpito con el PODER del micrófono. Se difundÃan mediante grabaciones [i:14253b8e3f]piratas[/i:14253b8e3f] y se convirtieron en un auténtico objeto de [b:14253b8e3f]culto[/b:14253b8e3f], sin que la policÃa del auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] ni la prensa internacional las detectara para nada. El mensaje de Jomeini estaba contenido en un programa polÃtico de MAGNÉTICA candidez: dividÃa el mundo entre “[i:14253b8e3f]opresores[/i:14253b8e3f]†y “[i:14253b8e3f]desposeÃdos[/i:14253b8e3f]â€; su república islámica serÃa un [i:14253b8e3f]Estado de bienestar[/i:14253b8e3f] que enriquecerÃa a los/as fieles, en el cual las necesidades de la vida se cubrirÃan de manera gratuita y donde habrÃa INTOLERANCIA total y absoluta con los antiguos descabalgados [i:14253b8e3f]opresores[/i:14253b8e3f]. Irónicamente, los dos primeros [i:14253b8e3f]inputs[/i:14253b8e3f] de esta visión reflejan los modelos de bienestar social a espuertas de los estados petroleros de la penÃnsula arábiga que Jomeini afirmaba [b:14253b8e3f]odiar[/b:14253b8e3f] por considerarlos “[i:14253b8e3f]reinos de obscuridad[/i:14253b8e3f]â€; en Arabia Saudà y en los emiratos del Golfo Pérsico, donde habÃa y hay [b:14253b8e3f]poca[/b:14253b8e3f] población en relación con los ingresos por el petróleo, las prestaciones universales podÃan distribuirse a manos llenas..; pero, tan indiscriminada generosidad NUNCA serÃa posible en lo que seguimos llamando, impropiamente, [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f]. Además, Jomeini logró [b:14253b8e3f]superar[/b:14253b8e3f] el programa de nacionalismo: su polÃtica exterior serÃa [b:14253b8e3f]intolerantemente[/b:14253b8e3f] xenófoba de forma abierta, hecho que hacÃa pensar en la vieja teorÃa nacionalista del “[i:14253b8e3f]equilibrio negativo[/i:14253b8e3f]†–es decir, una resistencia imparcial a toda influencia extranjera- y se hacÃa eco de la INDIGNACIÓN que sentÃa el pueblo por la pornográfica riqueza y el ostentoso exhibicionismo de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f] expatriados/as que colaboraban con el que seguÃa, como si tal cosa, llamándose [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
Gracias, pues, a la evidente URGENCIA del mensaje y, también, al dominio del medio, Jomeini suscitó la REVOLUCIÓN del ’79 casi exclusivamente con sus [b:14253b8e3f]discursos[/b:14253b8e3f]. Su INTOLERANTE elocuencia llenó las calles de manifestantes deseosos/as de convertirse en [i:14253b8e3f]mártires[/i:14253b8e3f]. PARALIZÓ, damas y caballeros, el gobierno y la economÃa al hacer un exigente llamamiento a las huelgas y [b:14253b8e3f]castró[/b:14253b8e3f] a las fuerzas armadas al alentar, incansablemente, la deserción. Neutralizó o, mejor dicho, HIPNOTIZÓ a los rivales revolucionarios de los fundamentalistas.
Pero, además de las palabras, se precisaban [b:14253b8e3f]hechos[/b:14253b8e3f]; y, cuando se llegó a las mismicas puertas de la REVOLUCIÓN, cuadros de barbudos, entrenados desde hacÃa tiempo en células clandestinas, estaban esperando para organizar comités de seguridad pública; los “[i:14253b8e3f]luchadores por la libertad[/i:14253b8e3f]†islámicos ocuparon las azoteas. La [b:14253b8e3f]fuente[/b:14253b8e3f] de esta fuerza armada se reveló en los inicios mismos del éxito revolucionario, cuando Yasser Arafat, el [i:14253b8e3f]leader[/i:14253b8e3f] palestino, apareció en el balcón de la escuela [i:14253b8e3f]Alavi[/i:14253b8e3f] a fin de recibir, en medio del éxtasis de la masa, el abrazo público de Jomeini. Entretanto, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f], pelotones de ejecución disparaban en la misma azotea contra las vÃctimas de la justicia revolucionaria.
S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian NO vió a Jomeini. Cuando aquella turba de malolientes exaltados la arrestaron para interrogarla por considerar que ¡habÃa colaborado con el antiguo régimen!, NO habÃa “[i:14253b8e3f]instalaciones[/i:14253b8e3f]†para las mujeres y unos brutales guardias, que fingÃan ceguera ante su sexo, la mantuvieron en el umbral un dÃa y una noche. HabÃa fundado y dirigido la [i:14253b8e3f]Escuela de Trabajo Social[/i:14253b8e3f] en Teherán y era famosa por ser amiga incondicional de los “[i:14253b8e3f]desposeÃdos[/i:14253b8e3f]â€..; pero, fué acusada, entre otras mil cosas, de “[i:14253b8e3f]matar a millones de bebés[/i:14253b8e3f]†¡por haber preconizado en un artÃculo, un único artÃculo, se abriera un debate franco sobre la anticoncepción!, y de apoyar al sionismo ¡por haber asistido, por órdenes directas del auto-llamado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f], a una conferencia internacional en Israel! Un juez concienzudo se atrevió a absolverla, mientras se hallaba sentada sobre una caja de rifles en una tienda de campaña desde donde se oÃan los continuos disparos de las masivas ejecuciones.
Le ordenaron que volviera a su cargo..; pero, como casi todos los miembros de la sociedad persa [i:14253b8e3f]comme il faut[/i:14253b8e3f] que pudo hacerlo, prefirió HUIR del paÃs.
Hace algo más de una década, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Su Alteza Real la princesa Sattareh Farman Farmaian; quedé absolutamente fascinado por la elegancia y el [i:14253b8e3f]charme[/i:14253b8e3f] de aquella bellÃsima septuagenaria... Yo habÃa leÃdo su interesantÃsima obra (“[i:14253b8e3f]Daughter of Persia[/i:14253b8e3f]†–London, ED, 1992-), que, debo confesarlo.., me habÃa dejado [i:14253b8e3f]pilladÃsimo[/i:14253b8e3f]. No pude, pues, resistir la tentación de hacer llegar una cuestión para el turno de preguntas y tal y tal...
Cuando me tocó, me acercaron el micrófono y, un poco azorado, me atrevà a preguntar (traduzco, [i:14253b8e3f]tranquis[/i:14253b8e3f]..; traduzco):
-“[i:14253b8e3f]He leÃdo la obra de Vuestra Alteza Real; que, debo decirle encuentro absolutamente MAGNÃFICA. Quisiera atreverme a pedir a Vuestra Alteza Real tratara de sintetizar el, en definitiva, si lo hay, ORIGEN de lo que se ha revelado, quizá, un problema[/i:14253b8e3f]â€
Sonrió... Sonrió como sólo sonrÃe la [i:14253b8e3f]sangre azul[/i:14253b8e3f], damas y caballeros.
-“[i:14253b8e3f]¿No lo sabe, caballero? Es [b:14253b8e3f]obvio[/b:14253b8e3f]: la TOLERANCIA. Ustedes, al respecto, siguen una, digamos.., ‘polÃtica del avestruz’; y, FINGEN convivir con lo que deberÃa quedar claro que NO aceptan. Llaman a eso TOLERANCIA; cuando, en el fondo, ustedes ya saben que es, simplemente, [b:14253b8e3f]fracaso[/b:14253b8e3f] y MIEDO a llamar a las cosas por su nombre. Creo que ustedes, caballero, tendrán ocasión de escribir, también, obras como la mÃa sobre a [b:14253b8e3f]qué[/b:14253b8e3f] llevó su falta de precisa y exigible incorruptible INTOLERANCIA. Espero haber contestado satisfactoriamente a la cuestión, caballero...[/i:14253b8e3f]â€
NO me dejaron turno para, por supuesto, decirle que [b:14253b8e3f]sÃ[/b:14253b8e3f] habÃa contestado.
Con creces.
HabÃan muchas personas que querÃan preguntar...
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2003, 0048 hs. a.m.
Nació entre las mil veces bellas rosas de Siraz. Era una de las numerosÃsimas hijas del espléndido harén de un prÃncipe de la preclara estirpe de los [i:14253b8e3f]qâyîârÃes[/i:14253b8e3f]; que, imperaban en el trono persa desde finales del XVIII, cuando tan culta dinastÃa substituyó a la Casa de los Zend. Si bien afirmaba NO saber la fecha exacta, debió de ser poco antes del [i:14253b8e3f]golpe de estado[/i:14253b8e3f] de 1921, año en que aquel infausto coronel encumbrado del fango y sin una sola gota de sangre como Dios Nuestro Señor manda llamado Rhida Khan Pahlavî se hizo con la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] en Persia; éste habÃa sido un miserable soldado raso al que los británicos, según se dice, TOLERARON tomase, digamos.., la sartén por el mango de, para los británicos.., aquellos [i:14253b8e3f]bárbaros[/i:14253b8e3f] y del que, jocosos, ¡estimaban que era sólo por su imponente, monstruosa estatura en una cultura donde los hombres altos inspiran temor por lo que estaba donde estaba! La madre del tal [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f], que culpaba al destino por las sandÃas en mal estado que traÃa del mercado.., constituÃa un SÃMBOLO de las [b:14253b8e3f]inhibiciones[/b:14253b8e3f] que hacÃan del antaño orgulloso y poderosÃsimo imperio de los aqueménidas, de los seléucidas, de los arsácidas, de los sasánidas, de los selyúcidas, de los safawÃes, un paÃs ATRASADO, pobre, tÃmido y [b:14253b8e3f]victimizado[/b:14253b8e3f] por el United Kingdom, por la [i:14253b8e3f]Tercera Roma[/i:14253b8e3f] y por un clima hiper-caprichoso y desesperamente reseco... El tal Rhida Khan achacó al Islam el “[i:14253b8e3f]fanatismo y la indolencia[/i:14253b8e3f]†que producÃan que se hicieran todavÃa los fuegos para cocinar con excrementos en las calles del centro de Teherán, repletas de ganado y en las cuales derviches asquerosÃsimos y peludos como osos vendÃan [i:14253b8e3f]curas para la calvicie[/i:14253b8e3f].
¡Ah!; el ejemplo de la TurquÃa de [i:14253b8e3f]Ataturk[/i:14253b8e3f] hacÃa pensar, no sé.., que la [b:14253b8e3f]secularización[/b:14253b8e3f] supondrÃa una influencia “[i:14253b8e3f]modernizadora[/i:14253b8e3f]†y PROGRESISTA; que, crearÃa ciudades con anchas avenidas y calles llenas de coches... Fueron los hasta entonces displicentemente [b:14253b8e3f]tolerados[/b:14253b8e3f], digamos.., intelectuales persas quienes habÃan exigido tan pronto como hacerlo no supuso peligro APISONADORAS en, por ejemplo, la plaza de Maidané Aminés-Saltah (en Teherán, aclaro a poco viajadetes...) y, de una vez por todas, “[i:14253b8e3f]un hábil médico para un paÃs enfermo[/i:14253b8e3f]â€; pero, el tal Rhida Khan sólo conoció –de niño y de hombre- la vida en el ejército, ¡en aquel ejército!; se le daba, pues, mejor mandar que recetar.
ARRASÓ frenéticamente, sin contemplación ni rubor algunos, los exquisitos barrios medievales de las ciudades persas; construyó con feroz, infinita tenacidad urbanizaciones baratas inspiradas en las de Occidente; BARRIÓ el mundo, ¡ay!, de la entonces pequeña princesa [b:14253b8e3f]humillando[/b:14253b8e3f] procazmente a la antigua dinastÃa y haciéndose coronar [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
DESTRUYÓ los elegantes recintos palaciegos de la destronada realeza de los [i:14253b8e3f]qâyîârÃes[/i:14253b8e3f], los preciosos hogares de la desventurada princesa, el delicado harén de las meta-numerosas familias donde vivió, y [b:14253b8e3f]descartó[/b:14253b8e3f] a sus augustos habitantes, ¡[i:14253b8e3f]sangre azul[/i:14253b8e3f] absoluta!, cual si fuesen “[i:14253b8e3f]gusanos extraÃdos de un cadáver que estaba descuartizado[/i:14253b8e3f]â€.
Pero, ¡ah..!, las revoluciones, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f], son, a fin de cuentas, cosa fácil; las REFORMAS es lo que es, ¡vaya!, tela, tela, tela DIFÃCIL.
Las antiguas instituciones persas, bueno.., pues TOLERARON la [i:14253b8e3f]peli[/i:14253b8e3f] y NO opusieron ninguna resistencia al, digamos.., [i:14253b8e3f]neo-sha[/i:14253b8e3f]; sin embargo, ¡resultó IMPOSIBLE erradicar la religión!, aun cuando se pudiera abolir su poder formal y sofocar o reprimir sus sÃmbolos externos (en [b:14253b8e3f]este[/b:14253b8e3f] aspecto, damas y caballeros, Persia [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] era distinta de otros paÃses, ni lo era el Islam de las demás creencias –los/as, digamos.., intelectuales del siglo pasado compartÃan un craso ERROR al creer que ¡Dios Nuestro Señor habÃa muerto! y que la religión, por tanto, entrarÃa en un ineludible [i:14253b8e3f]continuum[/i:14253b8e3f] de rapidÃsimo debilitamiento..; en eso [b:14253b8e3f]querÃan[/b:14253b8e3f], tozudos/as, creer a pesar de toparse a todas horas y en toda circunstancia con los/as devotos/as de todas las fes, quienes afirmaban que se estaba, sin duda, preparando una crisis y denunciaban el peligro del crecimiento y la extensión del abominable escepticismo religioso; pues, NO hay nada que estimule tanto la [b:14253b8e3f]reacción[/b:14253b8e3f] religiosa como el temor a la [i:14253b8e3f]vendetta[/i:14253b8e3f], digamos.., pagana-).
En la Rusia del siglo pasado, pongo por caso, se han [b:14253b8e3f]burlado[/b:14253b8e3f] de la Cristiandad ortodoxa, la han ATORMENTADO y domado por mucho [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] tiempo que al Islam en lo que hoy se llama [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f]; pero, cuando el régimen comunista se derrumbó, el clero, doblegado por los golpes camino del calvario comunista, [b:14253b8e3f]rebrotó[/b:14253b8e3f] espléndido, armado hasta los topes de poderes espirituales ¡tras más de [u:14253b8e3f]setenta[/u:14253b8e3f] años de secularización asidua! El evidente FRACASO soviético en la promoción de una cultura, digamos.., laica en las repúblicas islámicas de la afortunadamente extinta [i:14253b8e3f]Unión[/i:14253b8e3f] se reflejó en la creciente [b:14253b8e3f]desesperación[/b:14253b8e3f] con que las obras de propaganda y “[i:14253b8e3f]sabidurÃa[/i:14253b8e3f]†caricaturizaban el Corán y acusaban al Islam de ser, ¡pásmense!, ni más ni menos que “[i:14253b8e3f]burgués[/i:14253b8e3f]â€. A la presión [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] sutil e insidiosa ejercida sobre la religión por el inhumano materialismo, el perverso consumismo y el egoÃsta humanismo en tierras de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f] siguió un renacimiento religioso fortÃsimo como para ayudar a “[i:14253b8e3f]espiritualmente renacidos[/i:14253b8e3f]†a llegar a la [i:14253b8e3f]White House[/i:14253b8e3f] como presidentes y restablecer “[i:14253b8e3f]cuatro pequeñas letras: D-I-O-S[/i:14253b8e3f]†en el discurso polÃtico (por si lo ignoraban, el [i:14253b8e3f]father[/i:14253b8e3f] –otro que tal...-del impresentable fascista que aspira ¡a la re-elección a mandamás de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f]! –que Dios Nuestro Señor nos coja confesados/as si algo asà ocurre, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f]...- empleó tal incalificable frase –en inglés, [i:14253b8e3f]of course[/i:14253b8e3f]...- en la campaña para las elecciones presidenciales del ’92; y, se TOLERÓ).
El Islam es tan difÃcil de suprimir como lo son otras religiones y acaso [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] difÃcil de erradicar de la polÃtica... Es una religión [b:14253b8e3f]polÃtica[/b:14253b8e3f]: su nombre mismo significa un [b:14253b8e3f]modo[/b:14253b8e3f] de vida, asà como un [b:14253b8e3f]sistema[/b:14253b8e3f] de fe; en el uso islámico, la sociedad civil y la congregación de fieles son [b:14253b8e3f]limÃtrofes[/b:14253b8e3f]; los preceptos del Profeta pretendÃan ser un código de derecho civil [b:14253b8e3f]suficiente[/b:14253b8e3f] para su época y en algunos paÃses islámicos son tratados como si aún lo fueran. En casi todos los estados musulmanes, en TODAS las épocas de la Historia, los gobiernos han tratado de conseguir una [b:14253b8e3f]legitimación[/b:14253b8e3f] religiosa, incluso en algunos casos en que dirigentes [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] islámicos se han introducido desde fuera (sin ir más lejos, en Sudán –donde el nieto del [i:14253b8e3f]Mahdi[/i:14253b8e3f] fue primer ministro hace nada, en 1989-, los británicos, que suplantaron la teocracia [i:14253b8e3f]mahdista[/i:14253b8e3f], se sentÃan orgullosos de haber “[i:14253b8e3f]acercado los sitios sagrados[/i:14253b8e3f]†y de haber “[i:14253b8e3f]subvencionado y ayudado a los hombres religiosos[/i:14253b8e3f]â€; y, si bien apartado de la primera lÃnea de la vida polÃtica desde los años ’20, el Islam ha continuado siendo una enorme [b:14253b8e3f]fuerza[/b:14253b8e3f] moral en la república turca, mientras que en otras partes del mundo islámico la secularización ha sido [b:14253b8e3f]abandonada[/b:14253b8e3f], dondequiera que se haya intentado imponer).
Al principio, damas y caballeros, en la Persia de la infancia de S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian, el auto-titulado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] Rhida precisaba como agua de mayo del apoyo de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f]; y, por tanto, TOLERÓ.
Pero, cuando lo hubieron ayudado –con su, en correspondencia, pragmática tolerancia...- a establecerse, se volvió abruptamente CONTRA ellos y trató de quitarles sus privilegios polÃticos y su influencia social. Prohibió con escogidas palabras de infinito desprecio la auto-flagelación e impuso por la fuerza tocados que hacÃan completamente [b:14253b8e3f]imposible[/b:14253b8e3f] postrarse para rezar. El absurdo y hasta ridÃculo nombre de [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f] (por, digamos.., [i:14253b8e3f]Tierra de los Arios[/i:14253b8e3f]; ¡casi [i:14253b8e3f]ná[/i:14253b8e3f]..!) que impuso en lugar del sacrosanto nombre de Persia suponÃa en sà mismo la proclamación ¡de una identidad compartida con los pueblos [b:14253b8e3f]no[/b:14253b8e3f] islámicos de la India y de la Europa! Pero, [b:14253b8e3f]sobrevivió[/b:14253b8e3f] el sentido coránico de la trascendencia que todo musulmán aprende en la infancia; y, con él, la [b:14253b8e3f]reverencia[/b:14253b8e3f] sin matices ni fisuras inspirada tradicionalmente por los hombres santos. Ya la augusta madre de S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian (que, ordenaba a sus cocinas añadir más carne y mantequilla al arroz cuando tenÃa el privilegiadÃsimo honor de que la visitara un [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f]) advirtió que Dios Nuestro Señor [b:14253b8e3f]maldecirÃa[/b:14253b8e3f] a quien se llamaba [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] por su demente y brutal impiedad...
Mas, cuando la secularización se [b:14253b8e3f]revocó[/b:14253b8e3f], tras unos [u:14253b8e3f]cincuenta[/u:14253b8e3f] años de consistentes esfuerzos de los sucesivos gobiernos por marginar el Islam, lo que todavÃa se llama [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f] habÃa experimentado [u:14253b8e3f]dos[/u:14253b8e3f] revoluciones polÃticas por inducción [b:14253b8e3f]británica[/b:14253b8e3f]. La primera, en 1941, suplantó a Rhida Khan por su hijo, Muhammad Rhida. La segunda, en 1953, apoyada desvergozadamente por la [i:14253b8e3f]C.I.A.[/i:14253b8e3f], expulsó al [b:14253b8e3f]héroe[/b:14253b8e3f] de la princesa, el doctor Mussaddaq. Como resultado, a principios de los años ’60 la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] se habÃa concentrado en manos de un nuevo déspota, otro villano Pahlavî que se auto-denominaba [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
La imagen que tal [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f] tenÃa de sà mismo se proyectó en un libro oficial de fotografÃas, titulado “[i:14253b8e3f]Soberana Majestad en el Poder[/i:14253b8e3f]â€. Mirando (yo lo tengo...) desde las páginas satinadas, con la emoción oculta detrás de una mueca sin humor, con el bronco cabello del color del hierro y los ojos de un inquietante azul metálico, posaba en abracadabrantes sillas de oro purÃsimo, incómodamente tieso, con su lujosÃsimo traje abotonado de diamantes perfectos. Su familia, apiñada alrededor de él, cual el perfil de un campo magnético, le proporcionaba un resto de aspecto asà como humano, disimulado de inmediato por eléctricas posturas hieráticas, expresiones sin emoción y exclusivÃsima ropa de marca. Repudió la decoración lujosa, demasiado chillona para ser de buen gusto, afirmando con total falta de sinceridad que “[i:14253b8e3f]aunque el mobiliario de mis palacios sugiera algo distinto, realmente preferirÃa dormir en el suelo[/i:14253b8e3f]â€.
El relato de la vida en su corte hecho por un repugnante apologista demuestra el [b:14253b8e3f]tipo[/b:14253b8e3f] de hombre que era en realidad (cfr. “[i:14253b8e3f]The shah & I: The Confidencial Diary of Iran’s Royal Court[/i:14253b8e3f]†del impresentable Asadollah Alam –ED, London, 1991-): un asqueroso [b:14253b8e3f]oportunista[/b:14253b8e3f] resuelto a obtener un máximo de ingresos por el petróleo; un sucio [b:14253b8e3f]fanfarrón[/b:14253b8e3f] al que le encantaba embaucar a quienes le entrevistaban; un salvaje, perverso [b:14253b8e3f]misógino[/b:14253b8e3f] al que le ponÃan tope las prostitutas caras y sin manÃas y que recomendó terapia sexual para su heredero ¡antes incluso de que le salieran los pelos en la entrepierna!; un cruelÃsimo [b:14253b8e3f]autócrata[/b:14253b8e3f] corrompido hasta el tuétano por la VANIDAD y aislado a cal y canto por la omnipresente adulación. Estableció la auto-elogiosa rutina de convocar con regularidad a los embajadores británico y estadounidense, con lo que asà como que se convencÃa de que su, por llamarlo de alguna manera.., [i:14253b8e3f]dinastÃa[/i:14253b8e3f] habÃa puesto fin a la era de la dependencia y tal y tal, a la vez que halagaba la sensación de importancia que de sà tenÃan los embajadores. Se le caÃa la baba, como a un colegial idiota, con los catálogos de [b:14253b8e3f]armas[/b:14253b8e3f]; y, gastó a manos llenas los enormes ingresos de un [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] en los precios de la energÃa mundial para satisfacer su gusto por el material militar (en puridad, para ser tope preciso, deberÃa señalar que todos/as sabemos que tal [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] se debió a los ingresos del [b:14253b8e3f]petróleo[/b:14253b8e3f], cuyo precio se CUADRIPLICÓ en 1974 por decisión del propio auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f]).
Continuó, impaciente, absolutamente INTOLERANTE, con la polÃtica de secularización; mas con un DESDÉN muchÃsimo [b:14253b8e3f]peor[/b:14253b8e3f], en opinión de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f], que la ansiosa y bárbara hostilidad de su predecesor. CreÃa estar gobernando un pueblo que “[i:14253b8e3f]se asemejaba a los norteamericanos[/i:14253b8e3f]†en “[i:14253b8e3f]la Francia de Asia[/i:14253b8e3f]â€. Afirmaba “[i:14253b8e3f]creer con fervor auténtico[/i:14253b8e3f]†en el Islam y haber experimentado, de niño, visiones del mesiánico “[i:14253b8e3f]imán oculto[/i:14253b8e3f]†de la tradición profética [i:14253b8e3f]chiÃ[/i:14253b8e3f]: esto hizo más a favor de su orgullo que en el de su religiosidad y le proporcionó la alucinación de un camino hacia el empireo [b:14253b8e3f]propio[/b:14253b8e3f] de un [i:14253b8e3f]snob[/i:14253b8e3f], pasando por encima del clero musulmán. “[i:14253b8e3f]Sentà que un Ser Supremo me guiaba[/i:14253b8e3f]â€, declaró el [i:14253b8e3f]quidam[/i:14253b8e3f]... CompartÃa el sueño del antiguo monarca de “[i:14253b8e3f]atravesar Persépolis cabalgando triunfalmente al frente de mis ejércitos[/i:14253b8e3f]â€; y, se dice que gastó cientos de millones de dólares de entonces para celebrar las glorias de Ciro [i:14253b8e3f]el Grande[/i:14253b8e3f], vuelto a la vida en 1971 –según creÃa...- en su época y en su persona. Sin darse cuenta de la contradicción, se veÃa igualmente como un, pásmense.., ¡â€[i:14253b8e3f]lÃder revolucionario[/i:14253b8e3f]â€!; que, imponÃa la participación de los/as trabajadores/as en los beneficios, concedÃa derechos polÃticos a las mujeres, promovÃa la educación en las zonas rurales y dividÃa grandes latifundios en parcelas para los/as campesinos/as, en lo que denominó “[i:14253b8e3f]revolución blanca[/i:14253b8e3f]â€. Si bien esto, a cuatro cegatos/as, pudo haberles dado la impresión de ser una reforma agraria en la tradición de la de la Revolución Francesa o de Sun Yat-sen, de hecho equivalÃa [b:14253b8e3f]únicamente[/b:14253b8e3f] a la expropiación pura y dura de las propiedades [b:14253b8e3f]religiosas[/b:14253b8e3f]. Al poco de la proclamación de la llamada [i:14253b8e3f]revolución blanca[/i:14253b8e3f], en 1963, la policÃa disparó contra unos seminaristas que se manifestaban en la ciudad mil veces sagrada de Qum. Una pequeña pero, ojo al dato.., [b:14253b8e3f]inflexible[/b:14253b8e3f] facción de [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] de esta ciudad empezó a predicar y a conspirar para derrocar al auto-titulado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f]; sin que les hicieran apenas caso al principio...
Con el [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] petrolero de los años ’60 y principios de los ’70 se podÃa pagar, sÃ, tanto el progreso social (y, asÃ, calmar el malestar...) como los hombres y las armas para reprimirlo..; pero, cuando se [b:14253b8e3f]acabó[/b:14253b8e3f] el [i:14253b8e3f]boom[/i:14253b8e3f] y las dificultades económicas se amontonaron e hicieron ACUCIANTES, el auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f], al que mantenÃan aislado de las malas noticias y que, por tanto, no se enteró de los problemas, NO fue capaz de encontrar soluciones. La oposición MÃS peligrosa –la alternativa [b:14253b8e3f]más[/b:14253b8e3f] convincente a su gobierno, vaya...- parecÃa proceder de la tradición [b:14253b8e3f]nacionalista[/b:14253b8e3f] legada por el doctor Mussaddaq y eso alentaba a la princesa Sattareh Farman Farmaian...
Pero, desde la perspectiva de los revolucionarios islámicos, los lÃderes nacionalistas se hallaban CONTAMINADOS por repugnantes [b:14253b8e3f]herejÃas[/b:14253b8e3f], como el modernismo, el occidentalismo y el laicismo. SIN capacidad propia para movilizar una revolución, los nacionalistas sólo podÃan llegar a alcanzar la [i:14253b8e3f]potestas[/i:14253b8e3f] si cooperaban con el auto-llamado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] o si se aliaban con intolerantes insurgentes de éxito. Un golpe militar les habrÃa, sin duda, convenido..; pero, NO habÃa quien lo llevara a cabo; del partido comunista clandestino se creÃa que constituÃa una impresionante amenaza..; pero, su reputación era, ¡vamos!, [b:14253b8e3f]exageradÃsima[/b:14253b8e3f], su ayuda, a fin de cuentas, [b:14253b8e3f]desagradaba[/b:14253b8e3f] en extremo y su fiabilidad resultaba, para más [i:14253b8e3f]inri[/i:14253b8e3f], casi NULA. La [b:14253b8e3f]única[/b:14253b8e3f] iniciativa potencialmente revolucionaria se encontraba en manos de los [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] de la mil veces sagrada ciudad de Qum.
El indiscutible e indiscutido ÉXITO de su principal propagandista, el [i:14253b8e3f]ayatollah[/i:14253b8e3f] Jomeini, que iba aumentado gradualmente, constituyó un [b:14253b8e3f]premio[/b:14253b8e3f] a su pura e intachable PERSISTENCIA. Si bien Jomeini [b:14253b8e3f]odiaba[/b:14253b8e3f] con todas sus fuerzas y más otras formas de modernización, se habÃa hecho con la tecnologÃa de la comunicación de masas y habÃa digerido uno de los [i:14253b8e3f]principia[/i:14253b8e3f] FUNDAMENTALES de la comercialización: un mensaje sencillo adquiere [b:14253b8e3f]credibilidad[/b:14253b8e3f] al ser REPETIDO. El mensaje de Jomeini consistÃa en repetir machaconamente que el régimen de aquel auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] era obra –literalmente- del DEMONIO; y, que constituÃa un [b:14253b8e3f]deber[/b:14253b8e3f] religioso DESTRUIRLO.
¡Ah!; la cultura persa es riquÃsima en humor anti-clerical..; en un paÃs donde se podÃa decir que la mejor manera de matar a un [i:14253b8e3f]mullá[/i:14253b8e3f] es convidarlo a que se atiborre, la hiper-evidente INCORRUPTIBILIDAD de Jomeini le prestaba [u:14253b8e3f][i:14253b8e3f]auctoritas[/i:14253b8e3f][/u:14253b8e3f], coadyuvada por su casi demente absoluta convicción de ser santo. Gracias a sus emisiones desde el exilio algunos de sus oyentes creÃan que el [i:14253b8e3f]imán oculto[/i:14253b8e3f] estaba a punto de llegar y que verÃan la imagen de Jomeini sobre la faz de la luna, como señal inequÃvoca del favor de Dios Nuestro Señor.
Las charlas por radio combinaban las técnicas de la oratoria desde el púlpito con el PODER del micrófono. Se difundÃan mediante grabaciones [i:14253b8e3f]piratas[/i:14253b8e3f] y se convirtieron en un auténtico objeto de [b:14253b8e3f]culto[/b:14253b8e3f], sin que la policÃa del auto-denominado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f] ni la prensa internacional las detectara para nada. El mensaje de Jomeini estaba contenido en un programa polÃtico de MAGNÉTICA candidez: dividÃa el mundo entre “[i:14253b8e3f]opresores[/i:14253b8e3f]†y “[i:14253b8e3f]desposeÃdos[/i:14253b8e3f]â€; su república islámica serÃa un [i:14253b8e3f]Estado de bienestar[/i:14253b8e3f] que enriquecerÃa a los/as fieles, en el cual las necesidades de la vida se cubrirÃan de manera gratuita y donde habrÃa INTOLERANCIA total y absoluta con los antiguos descabalgados [i:14253b8e3f]opresores[/i:14253b8e3f]. Irónicamente, los dos primeros [i:14253b8e3f]inputs[/i:14253b8e3f] de esta visión reflejan los modelos de bienestar social a espuertas de los estados petroleros de la penÃnsula arábiga que Jomeini afirmaba [b:14253b8e3f]odiar[/b:14253b8e3f] por considerarlos “[i:14253b8e3f]reinos de obscuridad[/i:14253b8e3f]â€; en Arabia Saudà y en los emiratos del Golfo Pérsico, donde habÃa y hay [b:14253b8e3f]poca[/b:14253b8e3f] población en relación con los ingresos por el petróleo, las prestaciones universales podÃan distribuirse a manos llenas..; pero, tan indiscriminada generosidad NUNCA serÃa posible en lo que seguimos llamando, impropiamente, [i:14253b8e3f]Irán[/i:14253b8e3f]. Además, Jomeini logró [b:14253b8e3f]superar[/b:14253b8e3f] el programa de nacionalismo: su polÃtica exterior serÃa [b:14253b8e3f]intolerantemente[/b:14253b8e3f] xenófoba de forma abierta, hecho que hacÃa pensar en la vieja teorÃa nacionalista del “[i:14253b8e3f]equilibrio negativo[/i:14253b8e3f]†–es decir, una resistencia imparcial a toda influencia extranjera- y se hacÃa eco de la INDIGNACIÓN que sentÃa el pueblo por la pornográfica riqueza y el ostentoso exhibicionismo de los/as [i:14253b8e3f]yankees[/i:14253b8e3f] expatriados/as que colaboraban con el que seguÃa, como si tal cosa, llamándose [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f].
Gracias, pues, a la evidente URGENCIA del mensaje y, también, al dominio del medio, Jomeini suscitó la REVOLUCIÓN del ’79 casi exclusivamente con sus [b:14253b8e3f]discursos[/b:14253b8e3f]. Su INTOLERANTE elocuencia llenó las calles de manifestantes deseosos/as de convertirse en [i:14253b8e3f]mártires[/i:14253b8e3f]. PARALIZÓ, damas y caballeros, el gobierno y la economÃa al hacer un exigente llamamiento a las huelgas y [b:14253b8e3f]castró[/b:14253b8e3f] a las fuerzas armadas al alentar, incansablemente, la deserción. Neutralizó o, mejor dicho, HIPNOTIZÓ a los rivales revolucionarios de los fundamentalistas.
Pero, además de las palabras, se precisaban [b:14253b8e3f]hechos[/b:14253b8e3f]; y, cuando se llegó a las mismicas puertas de la REVOLUCIÓN, cuadros de barbudos, entrenados desde hacÃa tiempo en células clandestinas, estaban esperando para organizar comités de seguridad pública; los “[i:14253b8e3f]luchadores por la libertad[/i:14253b8e3f]†islámicos ocuparon las azoteas. La [b:14253b8e3f]fuente[/b:14253b8e3f] de esta fuerza armada se reveló en los inicios mismos del éxito revolucionario, cuando Yasser Arafat, el [i:14253b8e3f]leader[/i:14253b8e3f] palestino, apareció en el balcón de la escuela [i:14253b8e3f]Alavi[/i:14253b8e3f] a fin de recibir, en medio del éxtasis de la masa, el abrazo público de Jomeini. Entretanto, [i:14253b8e3f]mes amis/es[/i:14253b8e3f], pelotones de ejecución disparaban en la misma azotea contra las vÃctimas de la justicia revolucionaria.
S.A.R. la princesa Sattareh Farman Farmaian NO vió a Jomeini. Cuando aquella turba de malolientes exaltados la arrestaron para interrogarla por considerar que ¡habÃa colaborado con el antiguo régimen!, NO habÃa “[i:14253b8e3f]instalaciones[/i:14253b8e3f]†para las mujeres y unos brutales guardias, que fingÃan ceguera ante su sexo, la mantuvieron en el umbral un dÃa y una noche. HabÃa fundado y dirigido la [i:14253b8e3f]Escuela de Trabajo Social[/i:14253b8e3f] en Teherán y era famosa por ser amiga incondicional de los “[i:14253b8e3f]desposeÃdos[/i:14253b8e3f]â€..; pero, fué acusada, entre otras mil cosas, de “[i:14253b8e3f]matar a millones de bebés[/i:14253b8e3f]†¡por haber preconizado en un artÃculo, un único artÃculo, se abriera un debate franco sobre la anticoncepción!, y de apoyar al sionismo ¡por haber asistido, por órdenes directas del auto-llamado [i:14253b8e3f]sha[/i:14253b8e3f], a una conferencia internacional en Israel! Un juez concienzudo se atrevió a absolverla, mientras se hallaba sentada sobre una caja de rifles en una tienda de campaña desde donde se oÃan los continuos disparos de las masivas ejecuciones.
Le ordenaron que volviera a su cargo..; pero, como casi todos los miembros de la sociedad persa [i:14253b8e3f]comme il faut[/i:14253b8e3f] que pudo hacerlo, prefirió HUIR del paÃs.
Hace algo más de una década, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Su Alteza Real la princesa Sattareh Farman Farmaian; quedé absolutamente fascinado por la elegancia y el [i:14253b8e3f]charme[/i:14253b8e3f] de aquella bellÃsima septuagenaria... Yo habÃa leÃdo su interesantÃsima obra (“[i:14253b8e3f]Daughter of Persia[/i:14253b8e3f]†–London, ED, 1992-), que, debo confesarlo.., me habÃa dejado [i:14253b8e3f]pilladÃsimo[/i:14253b8e3f]. No pude, pues, resistir la tentación de hacer llegar una cuestión para el turno de preguntas y tal y tal...
Cuando me tocó, me acercaron el micrófono y, un poco azorado, me atrevà a preguntar (traduzco, [i:14253b8e3f]tranquis[/i:14253b8e3f]..; traduzco):
-“[i:14253b8e3f]He leÃdo la obra de Vuestra Alteza Real; que, debo decirle encuentro absolutamente MAGNÃFICA. Quisiera atreverme a pedir a Vuestra Alteza Real tratara de sintetizar el, en definitiva, si lo hay, ORIGEN de lo que se ha revelado, quizá, un problema[/i:14253b8e3f]â€
Sonrió... Sonrió como sólo sonrÃe la [i:14253b8e3f]sangre azul[/i:14253b8e3f], damas y caballeros.
-“[i:14253b8e3f]¿No lo sabe, caballero? Es [b:14253b8e3f]obvio[/b:14253b8e3f]: la TOLERANCIA. Ustedes, al respecto, siguen una, digamos.., ‘polÃtica del avestruz’; y, FINGEN convivir con lo que deberÃa quedar claro que NO aceptan. Llaman a eso TOLERANCIA; cuando, en el fondo, ustedes ya saben que es, simplemente, [b:14253b8e3f]fracaso[/b:14253b8e3f] y MIEDO a llamar a las cosas por su nombre. Creo que ustedes, caballero, tendrán ocasión de escribir, también, obras como la mÃa sobre a [b:14253b8e3f]qué[/b:14253b8e3f] llevó su falta de precisa y exigible incorruptible INTOLERANCIA. Espero haber contestado satisfactoriamente a la cuestión, caballero...[/i:14253b8e3f]â€
NO me dejaron turno para, por supuesto, decirle que [b:14253b8e3f]sÃ[/b:14253b8e3f] habÃa contestado.
Con creces.
HabÃan muchas personas que querÃan preguntar...
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2003, 0048 hs. a.m.