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de lo BRITISH, damas y caballeros... - Jaume de Ponts i Mateu - 05-16-2004 ¡Ah..!, el aire [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919]; toda una [b:5ad142b919]filosofÃa[/b:5ad142b919] de la vida (¡y, [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] esta CUTRADA impresentable y ridÃcula del [i:5ad142b919]american way of life[/i:5ad142b919]!). Como todo, tiene su HISTORIA.... ¿Saben?; cuando imperaba en el United Kingdom (precisamente fué esta soberana la que dijo que SÃ: que, era United Kingdom...; dicho sea de paso...) la reina Anne I (que, última de su estirpe {los -los/as británicos, muy suyos/as.., dicen [i:5ad142b919]papists[/i:5ad142b919]; y, se quedan, no sé.., tan anchos...- [i:5ad142b919]otros[/i:5ad142b919] de la [i:5ad142b919]royal[/i:5ad142b919] [i:5ad142b919]family[/i:5ad142b919] es como si no estuvieran}, [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] dejaba hijos supervivientes), fué nombrada heredera una venerable viejecita: su prima, Sophie; esposa del germanÃsimo elector de Hannover. Sophie y la reina Anne I murieron, como quien dice.., al [b:5ad142b919]mismo[/b:5ad142b919] tiempo (1714, para ser más concreto...); y, entonces, el hijo de la primera, ya elector de Hannover (que, [b:5ad142b919]nunca[/b:5ad142b919] habÃa estado en el United Kingdom, [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] sabÃa -ni se molestó en aprender JAMÃS- una sola palabra de inglés y tenÃa [b:5ad142b919]más[/b:5ad142b919] de cincuenta años ya -muy [b:5ad142b919]mal[/b:5ad142b919] llevados a consecuencia de tropotocientas enfermedades venéreas y derivados que arrastraba por su vida de [b:5ad142b919]mastodóntica[/b:5ad142b919] depravación y vicio, [i:5ad142b919]bien sûr[/i:5ad142b919]-), fué [b:5ad142b919]coronado[/b:5ad142b919] con toda pompa [i:5ad142b919]king of the United Kingdom[/i:5ad142b919] tomando el nombre de George I. [b:5ad142b919]No[/b:5ad142b919] dejó, naturalmente, de ser el prÃncipe elector de Hannover..; y, ¡a aquellas alturas de su existencia mortal!, evidentemente [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] abandonó ni sus amigos [b:5ad142b919]alemanes[/b:5ad142b919] ni sus tope [b:5ad142b919]germanas[/b:5ad142b919] amantes mil (que, le acompañaban en sus frecuentÃsimos viajes-relámpago a London para apoderarse de [b:5ad142b919]todas[/b:5ad142b919] las joyas de los palacios londinenses y de llanarse hasta los topes los bolsillos con las doradas y todopoderosas libras inglesas). Los reyes británicos de origen [b:5ad142b919]alemán[/b:5ad142b919], de PURÃSIMO origen alemán (George I, su hijo George II, el nieto de éste, George III, y, por fin, los hermanos George IV y William IV, hijos del último), como no podÃa ser menos.., ¡[b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] fueron nada [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919]!, sino [b:5ad142b919]auténticamente[/b:5ad142b919], hasta la médula, del todo TEUTÓNICOS: no eran esbeltos ni guapos, no eran discretos, eran increiblemente zafios y abusivamente intolerantes, eran macizos, coléricos y angustiosamente GROSEROS; no amaban para nada las Humanidades y mucho menos el Arte, no se interesaban en absoluto por la Ciencia, no practicaban deporte alguno, comÃan como cerdos y bebÃan siempre en exceso; gruñÃan y blasfemaban continuamente y, como no podÃa ser menos.., padecieron en la edad madura transtornos metabólicos graves y, en algún caso, incluso obesidad [b:5ad142b919]monstruosa[/b:5ad142b919]. Todos ellos, sÃ, fueron [b:5ad142b919]longevos[/b:5ad142b919]; y, tuvieron prolongados reinados (el último es la [b:5ad142b919]excepción[/b:5ad142b919]: llegó demasiado vejete al trono y lo gozó sólo siete años...). Al parecer, sólo George III fué [b:5ad142b919]fiel[/b:5ad142b919] a su esposa (algún bromista diria que, quizá, porque todo quisqui sabe que estaba loco...); los demás, ¡no es que tuvieran amantes!, es que se emborrachaban de pelanduscas que los tenÃan dominaditos, dominaditos, dominaditos; y, a las que permitÃan mamonear a su antojo en la corte e, incluso, en el mismo gobierno. Además, los que tuvieron hijos (¡no bastardos..!; que, [i:5ad142b919]eso[/i:5ad142b919] -salvo, por lo que se sabe.., George III; ya lo he señalado antes-, [b:5ad142b919]todos[/b:5ad142b919] y ¡a montones!), actuaron como padres alucinantemente [b:5ad142b919]despóticos[/b:5ad142b919], bárbaros, crueles e hiper-vengativos, en permanente y constante guerra civil, inclemente, sin tregua ni perdón, con los herederos acosados, que [b:5ad142b919]deseaban[/b:5ad142b919] como agua de mayo la [b:5ad142b919]muerte[/b:5ad142b919] paterna para ser ¡por fin!, libres y felices. [i:5ad142b919]Malgré tout[/i:5ad142b919], estos monarcas tuvieron una [b:5ad142b919]correcta[/b:5ad142b919] visión polÃtica y una actuación muy [b:5ad142b919]prudente[/b:5ad142b919] en este sentido: dejaron que crecieran y se organizaran los grandes partidos (el [i:5ad142b919]tory[/i:5ad142b919] y el [i:5ad142b919]whig[/i:5ad142b919]); y, que el Parlamento legislara y [b:5ad142b919]controlase[/b:5ad142b919] el ejecutivo (casi siempre, en manos de ministros honestos y [b:5ad142b919]eficaces[/b:5ad142b919], elegidos con SABIDURÃA -Walpole, Pelham, Pitt...-). Al morir William IV (en 1837) [b:5ad142b919]sin[/b:5ad142b919] hijos legÃtimos (para nada servÃan la incontable legión de bastardos que tenÃa...), su sobrina, Victoria Alexandrine, nieta de George III, se vió convertida, a sus escasos dieciocho años, en soberana británica ([b:5ad142b919]sólo[/b:5ad142b919] en reina del United Kingdom; la ley sálica germana impidió que heredase Hannover). Era como un cuento de hadas con final incierto: una jovencita diminuta e inexperta, de mirada suave y aspecto frágil, iba a sostener la corona de los colosalmente fieros Plantagenet, los enormemente bravÃos Tudor, los increiblemente ladinos Stuart... Tres años después de haber sido coronada, Victoria I escogió (fué, como no podÃa ser menos.., ella la que se declaró...) un marido: el alemán Albert de Saxe-Coburg-Gotha, primo suyo; que, sorprendentemente en un alemán, hacÃa juego con ella (para nada arquetipo de germanidad, dicho sea de paso...): era muy apuesto y bien parecido, formal y muy educado, cultÃsimo, honesto hasta la médula, muy consciente y en extremo responsable de sus actos, discretÃsimo. Durante 20 años, hasta que Albert murió, fueron inmensamente FELICES (tuvieron nueve hijos; convirtiendo, pues, a la larga, a Victoria I en "la bisabuela de Europa"). Es en [b:5ad142b919]aquel[/b:5ad142b919] tiempo que el United Kingdom llega a la [b:5ad142b919]cima[/b:5ad142b919]. Y, a [b:5ad142b919]diferencia[/b:5ad142b919] de en otros lugares, allà la burguesÃa [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] traicionó su misión (aquellos activÃsimos burgueses se siguieron dedicando con entusiasmo y [b:5ad142b919]acierto[/b:5ad142b919] a su industria y a su comercio; aunque, en el fondo, no dejaban de respetar, admirar y quizás [b:5ad142b919]envidiar[/b:5ad142b919] el lejano -¡tan alemán!-, extraño -¡tan poco inglés!- e inaccesible modelo aristocrático). Es, sin duda, por [b:5ad142b919]este[/b:5ad142b919] motivo que aquellos prudentes caballeros burgueses idearon un tipo de moral hipócrita, con normas, preceptos y convenciones a porrillo que les [b:5ad142b919]protegÃan[/b:5ad142b919] de cualquier caida accidental, fallo natural o posiblidad de ridÃculo frente a las elevadas clases superiores (las cuales, desde luego, ya se sabe que [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] necesitan excusas, máscara ni disimulo alguno para vivir según su [b:5ad142b919]libérrima[/b:5ad142b919] voluntad; [i:5ad142b919]I suppose[/i:5ad142b919]...). Victoria I, por sus simpatÃas y [i:5ad142b919]décalage[/i:5ad142b919], fué una reina de [i:5ad142b919]elán[/i:5ad142b919] totalmente BURGUÉS. Y, su moral, la de su tiempo y de su paÃs (tan [b:5ad142b919]habilmente[/b:5ad142b919] retratada por sus amigos escritores -Thackeray el maestro Dickens, sobre todo-), la moral de Rebeca Sharp, Blanca Amory, [i:5ad142b919]mistress[/i:5ad142b919] Hoggarth, Pickwick, Pecksniff, los hermanos Murdstone, fué exactamente lo que [b:5ad142b919]debÃa[/b:5ad142b919] ser: una [i:5ad142b919]masque[/i:5ad142b919], una protección, un asidero que conferÃa [b:5ad142b919]seguridad[/b:5ad142b919] y CONFIANZA; y, que facilitaba la [b:5ad142b919]continuidad[/b:5ad142b919] polÃtica, económica y cultural. Victoria I, que reinó durante casi sesenta y tres años, [b:5ad142b919]sin[/b:5ad142b919] ser para nada una mujer excepcional, ni por su carácter ni por su talento ni por su cultura, [b:5ad142b919]logró[/b:5ad142b919] reconciliar a los británicos con una monarquÃa de origen [b:5ad142b919]extranjero[/b:5ad142b919]: después de ella, la púrpura en el United Kingdom sólo vive de esa [b:5ad142b919]renta[/b:5ad142b919] moral, de este sólido [b:5ad142b919]patrimonio[/b:5ad142b919], de este [b:5ad142b919]prestigio[/b:5ad142b919] seguro (¿resistirÃan otras monarquÃas arribistas sin escrúpulos como la Diana, pendones de arroyo como la Sarah, las aspiraciones de devenir [i:5ad142b919]tampax[/i:5ad142b919] de un talludo y orejudo heredero?; seguro, [i:5ad142b919]mes amis/es[/i:5ad142b919], que [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919]). Victoria I fué, ¡tan de genes alemanes ella!, el [b:5ad142b919]arquetipo[/b:5ad142b919] de lo [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919]; con un marido paradigmáticamente [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919] y una familia que, hasta cuando tenÃa que ser infiel (el que fué Edward VII se las traÃa..; ¡es que tanto y tanto tiempo de prÃncipe de Wales!), era [b:5ad142b919]tope[/b:5ad142b919], tope, tope [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919]. La burguesÃa británica, ¡oh, maravilla!, se vió, de pronto, ¡[b:5ad142b919]espejo[/b:5ad142b919] de la alta, reverenciada púrpura! Y, como no podÃa ser menos, ante tal situación, la artesanÃa se convirtió en ARTE; es decir, el modo de vivir en FILOSOFÃA: lo auténtico, evidente, inconfundible [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919]. ¿Una [b:5ad142b919]suerte[/b:5ad142b919]? No sé, no sé, no sé... En cualquier caso, lo castizo, por ejemplo, está claro que, al lado de lo [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919] es, francamente.., una asquerosilla ORDINARIEZ totalmente [b:5ad142b919]impresentable[/b:5ad142b919]. Yo, como soy catalán [i:5ad142b919]de socarel[/i:5ad142b919], no voy a recordar lo del [i:5ad142b919]tarannà [/i:5ad142b919] ni lo del [i:5ad142b919]seny[/i:5ad142b919] porque, aparte de que no me apetece se me tilde de interesadamente subjetivo, [b:5ad142b919]no[/b:5ad142b919] quiero verme obligado a admitir, a la postre, que tal cosa, al lado de lo [i:5ad142b919]british[/i:5ad142b919], en puridad no pasa de ser un principio de ensayo al que le falta, ¡vaya..!, mucho, pero que mucho, mucho, mucho... Sin duda, siempre a su disposición. Jaume de Ponts i Mateu jaumedeponts@terra.es Tortosa (Baix Ebre) -Catalunya/UE- 15/05/2004, 1944 hs. p.m. los caminos de Dios Nuestro Señor son INESCRUTABLES... - Jaume de Ponts i Mateu - 03-05-2005 ¿Saben?; en 1815, damas y caballeros, el "[i:05cbd69a5a]prÃncipe del PLACER[/i:05cbd69a5a]" inició la construcción de un palacio adecuado... El prÃncipe regente del United Kingdom (que, en 1820 ascendió al trono con el nombre de George IV; dos años antes de que el palacio estuviese terminado) era un hombre de apetito IMPLACABLE y de carácter muy, muy, [b:05cbd69a5a]muy[/b:05cbd69a5a] inquieto; absolutamente INCAPAZ, por temperamento, de sentirse satisfecho... Su imaginación hiper-activa, todo FRENESÃ, transformaba todo lo que veÃa en formas ricas, extrañas y caprichosas que se veÃa impulsado a tornar [b:05cbd69a5a]palpables[/b:05cbd69a5a]. Por su, digamos.., toque transmutatorio, era la mismica encarnación del rey Midas; y, por su delirio de extravagancia caprichosa, una pre-encarnación de [i:05cbd69a5a]mister[/i:05cbd69a5a] Toad (ya saben..; el famosÃsimo, popularÃsimo personaje derrochador, presuntuosÃsimo y regordete de la obra de Kenneth Grahame, "[i:05cbd69a5a]Wind in the Willows[/i:05cbd69a5a]"). Su pequeña y sencilla villa en Brighton (donde se entretenÃa con una puta sencilla y seguÃa sin nada de convicción la moda del aire marino y tal y tal...) habrÃa de transformarse, gracias a la magia de los grandes gastos y la alquimia de un gusto meta-ostentoso, en una espectacular parodia de la majestuosa cúpula del placer decretada (¡como se rieron los/as contemporáneos/as de [i:05cbd69a5a]Don Millones[/i:05cbd69a5a]..!, ¡eran tan y tan tontos/as que NO le creyeron..!) por el famoso [i:05cbd69a5a]khan[/i:05cbd69a5a] en [i:05cbd69a5a]Xanadú[/i:05cbd69a5a]. ¡Ah!; el palacio era, para su época, sÃ, una MARAVILLA; en más de un aspecto, damas y caballeros. Con ¡iluminación de gas! y sostenido ¡sobre pilares de hierro colado!, constituyó una espléndida, colosal, ESPECTACULAR proclamación de [i:05cbd69a5a]principia[/i:05cbd69a5a] de la llamada [i:05cbd69a5a]Revolución Industrial[/i:05cbd69a5a]. En la ¡cocina empotrada!, bajo palmeras artificiales, el indiscutido e indiscutible genio del arquitecto preferido del prÃncipe, John Nash, y, sobre todo, del maestro Carême -en inventor de aquel bello [i:05cbd69a5a]caramelo[/i:05cbd69a5a]...- contaba con la ayuda de TODO lo que proporcionaba la tecnologÃa de la época... Sin embargo, este monumento industrial estaba coronado por un contorno de cúpulas en forma de cebollas y minaretes y TODA la decoración interior de las principales habitaciones se hallaba incrustada de exóticas chucherÃas. Una llamarada de dragones de los que pendÃan flores de loto iluminaban la sala de banquetes, REPLETA hasta los topes ésta de escenas [b:05cbd69a5a]chinas[/b:05cbd69a5a]. La sala de música se sostenÃa sobre bellÃsimos pilares lacados en fulgurante rojo y oro, con hermosos dragones entrelazados delicadamente, de los cuales unos volaban hacia el anonadante techo de escamas doradas, del que pendÃa una asombrosa lámpara en forma de asà como un nenúfar de la mismÃsima [i:05cbd69a5a]Ciudad Prohibida[/i:05cbd69a5a]. NO: [b:05cbd69a5a]no[/b:05cbd69a5a] se trataba de diseños enteramente caprichosos; pues, habÃan sido concebidos con muchÃsimo cuidado. El prÃncipe ya habÃa hecho el, digamos.., [i:05cbd69a5a]experimento[/i:05cbd69a5a] de tener habitaciones chinas en su palacio londinense, [i:05cbd69a5a]Carlton House[/i:05cbd69a5a] (según se decÃa, "[i:05cbd69a5a]el MEJOR palacio de Europa[/i:05cbd69a5a]"...). El revestimiento de las paredes con papel chino en paneles proporcionaba el marco [i:05cbd69a5a]comme il faut[/i:05cbd69a5a] para insuperables jarrones de porcelana fina, de vidro cuarteado de color rojo vivÃsimo, coronados con dragones de puro bronce con chapa de oro fino. HabÃa candelabros sostenidos por damas chinas percusionistas de hermosa porcelana. Un tamborilero chino, con la cabeza en alto, movÃa las piernas con desenfado y enarbolaba un reloj, y figuras de barro que representaban mandarines sonriendo a las damas (el reloj es una MARAVILLA, no deben dejar de admirarlo..; manufacturado con seguridad en la France, probablemente importado en el United Kingdom entre 1787 y 1790, cuando lo tengan delante, damas y caballeros, [b:05cbd69a5a]no[/b:05cbd69a5a] deben de olvidar, por eso, que, al igual que gran parte de los artefactos del prÃncipe, éste adquirió [b:05cbd69a5a]más[/b:05cbd69a5a] adornos con el paso del tiempo -por ejemplo; el como que casi manierista pedestal de bronce dorado que imita deliciosamente un cojÃn [además de otros elementos como los pies, las peanas y la campana de cristal para su exposición] se le añadió en 1811-). Los gustos del prÃncipe eran, por supuesto, VANGUARDISTAS. Sus objetos tenÃan por propósito, evidentemente, [b:05cbd69a5a]desafiar[/b:05cbd69a5a] al [i:05cbd69a5a]establishment[/i:05cbd69a5a] y [i:05cbd69a5a]épater les bourgeois[/i:05cbd69a5a], si bien estas expresiones aún NO existÃan. HacÃa de la satisfacción desenfrenada de sus deseos una virtud. Constantemente ordenaba engastar más elaborados para las joyas más preciosas y apoyos más suntuosos para las piezas más raras de porcelana y marfil. En el pabellón de Brighton, llevó las fronteras de la [i:05cbd69a5a]extravagance[/i:05cbd69a5a] más allá de lo que nadie habÃa intentado hasta entonces. Era un escenario [b:05cbd69a5a]teatral[/b:05cbd69a5a] para una forma [b:05cbd69a5a]calculada[/b:05cbd69a5a] de decadencia artificial, en un ambiente impregnado de música sublime, perfumes del empireo y licores deliciosÃsimos -que, ¡por supuesto!, sólo podrÃa encontrar (sic) "[i:05cbd69a5a]asqueroso[/i:05cbd69a5a]" y (sic) "[i:05cbd69a5a]repugnantemente afeminado[/i:05cbd69a5a]" un villano payaso como H. D. Roberts {cfr. pág. 110 de su RIDÃCULA "[i:05cbd69a5a]A History of the Royal Pavilion, Brighton[/i:05cbd69a5a]" -ED, London, 1939}; que, es evidente que JAMÃS de los jamases mereció ser, como fué, huésped principesco allÃ-. Sin embargo, la admiración del prÃncipe de Wales, después George IV, del Arte chino en general era, sin duda alguna, realmente [b:05cbd69a5a]caracterÃstica[/b:05cbd69a5a] de la época. ¡Ay, la [b:05cbd69a5a]tentación[/b:05cbd69a5a] oriental! ¿Saben, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a]?; aunque en los siglos XVIII y XIX la [i:05cbd69a5a]Sublime Puerta[/i:05cbd69a5a] seguÃa proporcionando una infinita variedad de estereotipos exóticos, el [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por lo oriental INVADIÓ la Europa gracias a [u:05cbd69a5a]tres[/u:05cbd69a5a] nuevas rutas desde Egipto, desde India y desde las culturas del Celeste Imperio y el Imperio del Sol Naciente de las costas del PacÃfico. En cierto modo, Egipto era apreciado desde hacÃa [b:05cbd69a5a]más[/b:05cbd69a5a] tiempo en Occidente; pues, en el XVI, los [i:05cbd69a5a]magos[/i:05cbd69a5a] del Renacimiento iban tras la "[i:05cbd69a5a]sabidurÃa[/i:05cbd69a5a]" egipcia en su incansable [i:05cbd69a5a]recherche[/i:05cbd69a5a] de una [b:05cbd69a5a]alternativa[/b:05cbd69a5a] al austero racionalismo de la enseñanza clásica. Una generación de estudiosos de finales del Renacimiento adopto el [b:05cbd69a5a]misticismo[/b:05cbd69a5a] pseudo-egipcio del texto atribuido a "[i:05cbd69a5a]Hermes Trismegisto[/i:05cbd69a5a]" (de hecho, damas y caballeros, ya saben que es obra de un oscuro monje bizantino...). Estos estudiosos afirmaban ver en él una fuente de conocimientos [b:05cbd69a5a]más[/b:05cbd69a5a] antiguos y puros que los que obtenÃan de los griegos. Esperaban encontrar, gracias a sus fórmulas mágicas, el secreto de [b:05cbd69a5a]cómo[/b:05cbd69a5a] dominar la naturaleza. Al emperador Rodolfo II -que, patrocinaba con entusiasmo las artes esotéricas en su castillo de Hradschin...- lo aclamaron como "[i:05cbd69a5a]el nuevo Hermes[/i:05cbd69a5a]". Los sÃmbolos egipcios [b:05cbd69a5a]proliferaban[/b:05cbd69a5a] en los libros de muestras de los impresores. En las tradiciones de los [i:05cbd69a5a]rosacruces[/i:05cbd69a5a] y los [i:05cbd69a5a]fracmasones[/i:05cbd69a5a] de los siglos XVII y XVIII, una vez muerto el culto al [i:05cbd69a5a]pseudo-Hermes[/i:05cbd69a5a], la imaginerÃa egipcia [b:05cbd69a5a]mantuvo[/b:05cbd69a5a] una vida precaria en el arte occidental... Estas afectaciones casi habÃan muerto, sin embargo, cuando, [i:05cbd69a5a]et voilà ![/i:05cbd69a5a], el [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por lo egipcio revivió ESPECTACULARMENTE debido a la hiper-célebre expedición napoleónica a Egipto, en 1798. Fué una especie de [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por lo oriental lo que, en definitiva, llevó a Napoleón I a Egipto. Va, va, va..; el [b:05cbd69a5a]pretexto[/b:05cbd69a5a] estratégico era que conquistar tal tierra le darÃa una base desde la que atacar el imperio británico y apoderarse de los rescoldos del fuego casi extinguido del mundo otomano, sÃ... Pero, no obstante -no nos engañemos...-, es más que OBVIO que lo que [b:05cbd69a5a]atraÃa[/b:05cbd69a5a] al propio Napoleón I, que contribuyó a convencer al gobierno francés de intentar su conquista, eran sus ideas [b:05cbd69a5a]románticas[/b:05cbd69a5a] del Este; donde habÃan surgido o adonde habÃan acudido antiguos conquistadores del mundo mundial, donde, en fin, "[i:05cbd69a5a]se hicieron grandes reputaciones[/i:05cbd69a5a]" y donde, no se olvide.., se podÃa conseguir ENORMES botines; su otro motivo [b:05cbd69a5a]no[/b:05cbd69a5a] declarado fué, quizá, evitar la inactividad (estoy de acuerdo en eso con el profesor Herold -cfr. págs. 2/4 de s/. "[i:05cbd69a5a]Bonaparte in Egypt[/i:05cbd69a5a]"; pub. por la Oxfords Un. en 1963-). Napoleón I parece, a pesar de ser un villano de cutrÃsima cuna, haberse percatado de que, en realidad, el botÃn MÃS duradero era el [b:05cbd69a5a]conocimiento[/b:05cbd69a5a]; y, además de llevar a cabo la campaña militar (un FIASCO, todo hay que decirlo...), lanzó una expedición cientÃfica sin precedentes cuyo ambicioso programa consistÃa en hacer constar por escrito el paisaje, las antigüedades, la flora y la fauna de Egipto, sin contar sus necesidades y recursos. Ciento veinticinco eminentes sabios lo acompañaron. En El Cairo, llamaron [i:05cbd69a5a]Institut de lEgypte[/i:05cbd69a5a] al palacio del fugitivo [i:05cbd69a5a]mameluco[/i:05cbd69a5a]; y, en su antiguo harén de la primera planta, detrás de los biombos de madera de cedro calada, bajo una cúpula de ocho estrellas puntiagudas, los miembros del [i:05cbd69a5a]Institut[/i:05cbd69a5a] debatÃan sobre los primeros frutos de la investigación egiptóloga. Napoleón I -él era asÃ...- se nombró a sà mismo vice-presidente del [i:05cbd69a5a]Institut[/i:05cbd69a5a] y se inscribió pomposamente ¡entre los doce escogidÃsimos miembros de la sección de matemáticas..! Es indiscutible que el trabajo cientÃfico de la expedición napoleónica proporcionó a los artistas, artesanos y fabricantes de patrones occidentales una fuente SIN precedentes de modelos e inspiración. El alcance potencial de los gustos, sobre todo, se [b:05cbd69a5a]revolucionó[/b:05cbd69a5a] con los dibujos de las antigüedades del Alto Egipto hechos en campaña por Vivant Denon, futuro director de el Louvre, que equilibraba su tabla de dibujo, ¡maestro de maestros!, sobre la cruz de su caballo. Atrajo instantáneamente la decoración que lograba el [b:05cbd69a5a]esplendor[/b:05cbd69a5a] de la antiguüedad más allá de la tiranÃa familiar de las órdenes clásicas y en los diseños de los muebles; que, eran, a la vez, [b:05cbd69a5a]novedosos[/b:05cbd69a5a] y PRÃCTICOS. Las láminas reunidas en la famosa "[i:05cbd69a5a]Description de lEgypte[/i:05cbd69a5a]" no empezaron a publicarse hasta 1809..; pero, la, digamos.., [i:05cbd69a5a]moda egipcia[/i:05cbd69a5a] se estableció ya con el regreso de quien ha pasado a la Historia como Napoleón I en 1799 y la publicación, en 1802, del como que ya mÃtico informe de Denon. El clasicismo de la [i:05cbd69a5a]Malmaison[/i:05cbd69a5a] de Napoleón I, modificado por ideas egipcias, se convirtió en el estilo [b:05cbd69a5a]caracterÃstico[/b:05cbd69a5a] de principios del XIX en TODA la Europa. Las molduras en forma de máscaras de esfinge o de pata de león se volvieron algo corriente para los ebanistas. Como en el XVI, los obeliscos agraciaron de nuevo ciudades y salones. La influencia artÃstica en Occidente del Oriente más remoto se ejerció casi enteramente por medio de la porcelana, lacados y textiles, hasta el XVIII, cuando la [i:05cbd69a5a]élite[/i:05cbd69a5a] rica tuvo a su alcance las delicias del papel de pared y cuando la técnica de barnizado de los muebles con laca de China o de Japón incluyó motivos genuinamente orientales. Los diseños de Jean-Antoine Watteau de escenas chinas o tártaras con que se decoró un regio apartamento de Louis XIV, [i:05cbd69a5a]le Roi Soleil[/i:05cbd69a5a], inauguraron un [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por esquemas decorativos al estilo chino que se inició en las refinadas cortes borbónicas. En el Palacio Real de la [i:05cbd69a5a]Villa y Corte[/i:05cbd69a5a], unas figuras anémicas con coleta miran con ojos entrecerrados desde rincones de una sala atiborrada de porcelana. Para mediados del XVIII, los grabados de Jean Pillemont de escenas chinas colgaban de las paredes de los hogares de algunos burgueses. En la France, la aplicación de los motivos chinos fué puramente [b:05cbd69a5a]decorativa[/b:05cbd69a5a]. Los ebanistas de finales del XVIII pintaban con laca sus pesados y voluminosos productos de estilo rococó con incongruentes encuentros de figuras en traje chino bajo parasoles; productos que el prÃncipe regente, al menos, coleccionaba con ENTUSIASMO para sus palacios. En el United Kingdom, sin embargo, donde el duque de Cumberland navegaba por su lago artificial de Windsor en una imitación de un junco chino (por cierto..; su éxito clamoroso inspiró, en 1760, el jardÃn chino de [i:05cbd69a5a]sir[/i:05cbd69a5a] William Chambers, en Kew, y éste, a su vez, influyó en el gusto y el diseño en la France, en los PaÃses Bajos, en Alemania...), la inspiración china fué la [b:05cbd69a5a]base[/b:05cbd69a5a] de un NUEVO estilo, sugerido por los diseños de jardÃn de William Halfpenny: su libro, publicado en 1752, "[i:05cbd69a5a]Chinese & Gothic Arquitecture[/i:05cbd69a5a]", fué, damas y caballeros, el [b:05cbd69a5a]primero[/b:05cbd69a5a] de los muchÃsimos que [b:05cbd69a5a]equipararon[/b:05cbd69a5a] el Arte del Celeste Imperio a los grandes estilos de tradición europea. Los diseños de Chippendale en muebles de estilo chino evidenciaban un EXTRAORDINARIO virtuosismo, tanto por haberse [b:05cbd69a5a]empapado[/b:05cbd69a5a] de los [i:05cbd69a5a]principia[/i:05cbd69a5a] de una tradición ajena, como por lograr [b:05cbd69a5a]armonizarlos[/b:05cbd69a5a] con las expectativas de los/as británicos/as de su tiempo. Desde entonces, el vocabulario de los decoradores occidentales ha estado [b:05cbd69a5a]fuertemente[/b:05cbd69a5a] cargado de términos chinos. El Arte chino y, un poco más tarde, el japonés pudieron captar la [b:05cbd69a5a]atención[/b:05cbd69a5a] occidental gracias a su DOMINIO de técnicas [b:05cbd69a5a]distintivas[/b:05cbd69a5a]: la de la porcelana pura, la de un trabajo textil superior, la del fino lacado y, en el XIX, la de los famosÃsimos estampados japoneses [i:05cbd69a5a]ukiyo-e[/i:05cbd69a5a]. El Arte de la India, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a], NO se caracterizaba por tales ventajas y su influencia, largo tiempo retrasada, fué siempre más [b:05cbd69a5a]superficial[/b:05cbd69a5a] que la de Egipto y la de las civilizaciones de las costas del PacÃfico. Las cúpulas del pabellón principesco de Brighton de que estamos hablando deberÃan probablemente [b:05cbd69a5a]más[/b:05cbd69a5a] a los modelos TURCOS que a los mongoles. De hecho, la idea misma de un pabellón, y su semejanza, visto de lejos, a un montón de edificios apiñados, de cúpulas bajas con soportales, evoca en quien va a Brighton reminiscencias de los patios interiores del palacio [i:05cbd69a5a]Topkapi Saray[/i:05cbd69a5a], con su [i:05cbd69a5a]casa del trono[/i:05cbd69a5a] parecida a una tienda y sus aislados kioskos. Pese a la invasión del gusto por lo chino, el mundo otomano seguÃa siendo el hogar [b:05cbd69a5a]común[/b:05cbd69a5a] de los estereotipos orientales, buscado por libretistas de ópera, satÃricos polÃticos y diseñadores de mascaradas. Si bien, según el maestro Pope, las damas que tomaban el té en la corte de la reina Anne I imaginaban escenas indias, el público europeo en general prácticamente NO conoció la India hasta casi finales del XVIII. Los [i:05cbd69a5a]nababs[/i:05cbd69a5a] británicos que volvÃan a casa se hacÃan construir moles clásicas, como la que diseñó John Carr en [i:05cbd69a5a]Basildon Park[/i:05cbd69a5a] para el oficial residente hiper-enriquecido en la India, [i:05cbd69a5a]sir[/i:05cbd69a5a] Francis Sykes. Como otras creaciones para tales clientes, esta "[i:05cbd69a5a]realmente ESPLÉNDIDA mansión de estilo George IV en Berkshire[/i:05cbd69a5a]" se hizo con tan pocas referencias como era posible a la fuente de riqueza con que se pagó. El amigo de Sykes, Warren Hastings, fué una [b:05cbd69a5a]excepción[/b:05cbd69a5a]. Coleccionó Arte indio y con él adornó las paredes de su casa de campo en Daylesford; que, en el último decenio del siglo, se convirtió en [b:05cbd69a5a]foco[/b:05cbd69a5a] de un limitado descubrimiento del Arte de la India. Hastings, damas y caballeros, fué el [b:05cbd69a5a]protagonista[/b:05cbd69a5a] del juicio-exhibición MÃS notorio de la Historia del imperio británico, acusado de haber [b:05cbd69a5a]explotado[/b:05cbd69a5a] Bengala durante su gubernatura y [b:05cbd69a5a]exonerado[/b:05cbd69a5a]. No cabe duda, no obstante, de que la India le inspiró una curiosidad [b:05cbd69a5a]desinteresada[/b:05cbd69a5a] y un genuino AFECTO. Como la mayorÃa de británicos en el Este, fué allÃ, naturalmente, para ENRIQUECERSE; pero, el grosero sentido de superioridad del imperialismo NO lo corrompió. Su absoluta [b:05cbd69a5a]convicción[/b:05cbd69a5a] de que "[i:05cbd69a5a]cada nación supera a otras en algún Arte o en alguna Ciencia[/i:05cbd69a5a]" -y, [b:05cbd69a5a]no[/b:05cbd69a5a] el impulso por mayor dominio- fué la razón por la que envió misiones británicas a partes poco conocidas del sub-continente. Cuando volvió a su [i:05cbd69a5a]home[/i:05cbd69a5a], cultivó plantas indias en su jardÃn y alentó el gusto indio de su arquitecto, Samuel Pepys Cockerell; que, adornó la casa con una cúpula mongola y ayudó a diseñar los planos de su hermano, [i:05cbd69a5a]sir[/i:05cbd69a5a] Charles Cockerell, para una casa de campo inspirada en Delhi y Agra. El viaje a la India de los consejeros de Cockerell, Thomas y William Daniell, produjo, a finales de los años 90 del XVIII, el [b:05cbd69a5a]primer[/b:05cbd69a5a] conjunto detallado de grabados de edificios indios que se publicó en Occidente. Su influencia, no obstante, fué siempre [b:05cbd69a5a]limitada[/b:05cbd69a5a]. El "[i:05cbd69a5a]Taj de las Cotswold[/i:05cbd69a5a]" de Cockerell, en Sezincote, fué la ÚNICA estructura grande que engendraron en Europa. Durante casi un siglo, tras su construcción en 1806, siguió siendo única. Incluso la [b:05cbd69a5a]intimidad[/b:05cbd69a5a] de la penetración británica imperial en la India, en el XIX, sólo introdujo el gusto por lo indio a [b:05cbd69a5a]pequeños[/b:05cbd69a5a] segmentos de la sociedad occidental. La India británica era [i:05cbd69a5a]ab essentia[/i:05cbd69a5a] un [i:05cbd69a5a]imperio de clase media[/i:05cbd69a5a]. Sus recuerdos se nutrÃan de suburbios y [i:05cbd69a5a]chalets[/i:05cbd69a5a] en la costa del United Kingdom. Durante mucho tiempo, NINGÚN [i:05cbd69a5a]árbitro de la elegancia[/i:05cbd69a5a] sintió la llamada de Mandalay. "[i:05cbd69a5a]Las hermosas contribuciones de la India[/i:05cbd69a5a]" a la Gran Exposición de 1851 estableció los modelos indios como [b:05cbd69a5a]fuente[/b:05cbd69a5a] de textiles, y la famosa obra "[i:05cbd69a5a]Grammar of Ornament[/i:05cbd69a5a]" de Owen Jones daba MÃS espacio a los diseños indios que a cualquier otro diseño oriental. En otros campos, el impacto de la India continuó siendo [b:05cbd69a5a]desigual[/b:05cbd69a5a]. El MAYOR monumento del estilo anglo-indio del United Kingdom victoriano lo construyó -o, al menos, lo inició- un [b:05cbd69a5a]indio[/b:05cbd69a5a], cuando el prÃncipe Duleep Singh fué [b:05cbd69a5a]expulsado[/b:05cbd69a5a] del Punjab tras un motÃn indio. Como, evidentemente, contaba con infinitas reservas y era hiper-pródigo, INUNDÓ el interior de su antaño tranquila casa de estilo George V, en Elveden (Suffolk), de chillones objetos de yeso repletos de encaje con los cálidos colores de su patria. El experimento [b:05cbd69a5a]captó[/b:05cbd69a5a] la imaginación de [i:05cbd69a5a]lord[/i:05cbd69a5a] Iveagh, el fabricante meta-millonario de cerveza negra y amarga, quien compró la propiedad en 1893 a fin de contar con un sitio en donde granjearse amistades y cazar faisanes. En un viaje a la India, [i:05cbd69a5a]lord[/i:05cbd69a5a] Iveagh experimentó la exótica nostalgia que a veces padecen quienes viajan al sub-continente..; es decir, un [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por el calor y el polvo en los poros de la piel, un rastro de [i:05cbd69a5a]curry[/i:05cbd69a5a] en el paladar... Aconsejado por estudiosos, trabajó en los interiores de la casa del prÃncipe Duleep Singh, a fin de hacerlos más "[i:05cbd69a5a]auténticos[/i:05cbd69a5a]", y los resaltó con GRANDIOSIDAD al mandar construir un patio central con cúpula en forma de cebolla, inspirada en el [i:05cbd69a5a]Taj Mahal[/i:05cbd69a5a]; con lo que empequeñeció la casa existente. El efecto, si bien admirado allanadamente por el rey Edward VII -cuyos gustos, por otra parte, está más que claro que eran de, digamos.., [i:05cbd69a5a]nuevo rico[/i:05cbd69a5a]...-, fué totalmente [b:05cbd69a5a]condenado[/b:05cbd69a5a] por los entendidos (era, según Augustus Hare, "[i:05cbd69a5a]repugnantemente lujoso[/i:05cbd69a5a]"). En el contexto de la celebración de la [b:05cbd69a5a]diversidad[/b:05cbd69a5a] del imperio británico, damas y caballeros, la procesión en honor del quincuagésimo aniversario de la reina Victoria I proyectó una imagen, digamos.., [i:05cbd69a5a]glamourosa[/i:05cbd69a5a] de la India; pero, aún en la última época de Victoria I y de Edward VII, los decoradores, al buscar lo exótico, preferÃan el Este [b:05cbd69a5a]más[/b:05cbd69a5a] cercano. El interior "[i:05cbd69a5a]arabesco[/i:05cbd69a5a]" de la mansión [i:05cbd69a5a]Leighton House[/i:05cbd69a5a] (una obra bien caracterÃstica de George Aitchison, por otro lado...) es una bellÃsima fantasÃa de Nasrid. La biblioteca a todas luces INADECUADA del [i:05cbd69a5a]Reform Club[/i:05cbd69a5a] tiene, oigan.., un aire asà como de [i:05cbd69a5a]serrallo[/i:05cbd69a5a] moro. En Skedmere (Yorkshire), se instaló un baño turco en 1913, cuyos motivos estaban inspirados en lugares tan orientales como Persia, pero no más. El patio de fuentes de Port Lympne (ciertamente, un toque [b:05cbd69a5a]extravagante[/b:05cbd69a5a]; para nada caracterÃstico de Phillip Tildren, arquitecto de estilo normalmente acogedor -según Honor Channon, se parecÃa talmente a un "[i:05cbd69a5a]burdel español[/i:05cbd69a5a]"...-) es una copia del [i:05cbd69a5a]Generalife[/i:05cbd69a5a] del palacio de los nazarÃes en Granada (se añadió, dicho sea de paso.., justo después de la [i:05cbd69a5a]Gran Guerra[/i:05cbd69a5a] como, digamos.., [i:05cbd69a5a]ala de soltero[/i:05cbd69a5a] a una casa de [i:05cbd69a5a]sir[/i:05cbd69a5a] Phillip Sassoon de estilo "[i:05cbd69a5a]holandés de El Cabo[/i:05cbd69a5a]"). Los teatros de variedades se llamaban [i:05cbd69a5a]La Alhuambra[/i:05cbd69a5a]; pero, [b:05cbd69a5a]no[/b:05cbd69a5a] el [i:05cbd69a5a]Taj Mahal[/i:05cbd69a5a]. Sólo en [u:05cbd69a5a]dos[/u:05cbd69a5a] aspectos, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a], ha ARRAIGADO el [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] por lo indio en Occidente, fuera de las comunidades de inmigrantes del Asia oriental que cada vez son más numerosas en toda Europa. Desde que se estableció [i:05cbd69a5a]Veeraswamy[/i:05cbd69a5a], cerca de la londinense [i:05cbd69a5a]Regent Street[/i:05cbd69a5a], al que solÃan ir los oficiales del ejército indio, los restaurantes indios se encuentran en TODAS partes y se han convertido en los [b:05cbd69a5a]favoritos[/b:05cbd69a5a] de los/as [i:05cbd69a5a]currantes[/i:05cbd69a5a] británicos/as; y, desde allÃ, se han extendido y han recuperado cierta distinción entre los/as [i:05cbd69a5a]yankees[/i:05cbd69a5a] y en la Europa continental del oeste. A la vez, entre los/as intelectuales occidentales, el [b:05cbd69a5a]interés[/b:05cbd69a5a] por viajar a la India y por su cultura -sobre todo, su filosofÃa; y, más selectivamente, su música y su poesÃa- se convirtió en [b:05cbd69a5a]culto[/b:05cbd69a5a] en los años 60 del recién pasado siglo y ha conservado una situación PRIVILEGIADA. A [b:05cbd69a5a]diferencia[/b:05cbd69a5a] de la comida india, se trata de gustos [b:05cbd69a5a]caros[/b:05cbd69a5a] y elusivos únicamente accesibles, por su misma naturaleza, a una pequeña minorÃa; pero, no por eso son menos significativos, desde el punto de vista cultural. Su significado se basa en un RECHAZO -particularmente entre la "[i:05cbd69a5a]juventud dorada[/i:05cbd69a5a]" de la cultura del crecimiento económico posterior a la llamada [i:05cbd69a5a]II Guerra Mundial[/i:05cbd69a5a]- al materialismo y al consumismo. Desde un mundo cómodo pero restrictivo, la generación de [i:05cbd69a5a]pasotas[/i:05cbd69a5a] y los, digamos.., [i:05cbd69a5a]acelerados[/i:05cbd69a5a] trató de escapar a culturas "[i:05cbd69a5a]alternativas[/i:05cbd69a5a]" que resaltaban los valores "[i:05cbd69a5a]espirituales[/i:05cbd69a5a]" y menospreciaban o se burlaban de las duras realidades del universo material. ¡Ay!; "[i:05cbd69a5a]la promesa oriental[/i:05cbd69a5a]", popularizada hasta el hartazgo en esos tiempos en el United Kingdom por ser el lema de una campaña de publicidad ¡para unas chocolatinas empalagosas!, parecÃa representar tal, por llamarlo de alguna manera.., [i:05cbd69a5a]alternativa[/i:05cbd69a5a]. Más o menos al [b:05cbd69a5a]mismo[/b:05cbd69a5a] tiempo, la llamada de Oriente se vió realzada por la [b:05cbd69a5a]popularidad[/b:05cbd69a5a] de la expresión "[i:05cbd69a5a]liberation[/i:05cbd69a5a]" (por favor: aplÃquenle el sentido [b:05cbd69a5a]anglo-sajón[/b:05cbd69a5a] -que, por ejemplo, a la liberación de presos de las cárceles lllama "[i:05cbd69a5a]freeing[/i:05cbd69a5a]" o "[i:05cbd69a5a]release[/i:05cbd69a5a]" y que tiene a lo que nosotros/as, en castellano, entendemos por "[i:05cbd69a5a]acto de liberación[/i:05cbd69a5a]", por una "[i:05cbd69a5a]order of release[/i:05cbd69a5a]"-; no me sean ridÃculamente simples, ¿vale?). De hecho, dada la [b:05cbd69a5a]fuerza[/b:05cbd69a5a] de las imágenes SANGRIENTAS de Vietnam que bombardearon dÃa sà dÃa también las pantallas televisivas del mundo mundial en los pasados años 60, dirÃase, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a], que los/as occidentales necesitaban como agua de mayo LIBERARSE de los efectos del colonialismo al menos tanto como sus vÃctimas explÃcitas. Las prácticas mÃsticas, como la meditación trascendental, que ofrecÃan, no sé.., como que liberar el alma del cuerpo y controlar el entorno fÃsico por medio del poder espiritual, se volvieron, oigan.., ¡POPULARES!, en este ambiente, en ciertos niveles de escolarización y de riqueza. En 1978, el [i:05cbd69a5a]maharishi[/i:05cbd69a5a] Mahesh Yogi pudo, pásmense.., ¡comprar Mentmore, la impresionante mansión de los meta-riquÃsimos Rothschild, por [u:05cbd69a5a]240.000[/u:05cbd69a5a] libras esterlinas contantes y sonantes!; y, eso sÃ.., cubrir las paredes de incongruentes citas de sus, por llamarlo de alguna manera.., [i:05cbd69a5a]obras[/i:05cbd69a5a], inscritas en carteles laminados pegados a trozos de seda estirada. Ese mismo, dice él.., [i:05cbd69a5a]gurú[/i:05cbd69a5a] proclamó a voz en grito el "[i:05cbd69a5a]gobierno mundial de la era de las luces[/i:05cbd69a5a]" desde un lujosÃsimo castillo en las exclusivas cimas de unas montañas suizas, sobre papel gofrado en oro puro. A quienes huÃan de la tutela de sus padres o de un cuerpo nada satisfactorio se unieron quienes huÃan de, ya saben.., la amenazadora, omnipresente sombra de la BOMBA. La enorme [b:05cbd69a5a]tensión[/b:05cbd69a5a] que padeció la primera generación de seres humanos que, me incluyo.., nos criamos bajo la AMENAZA de la inmolacÃón nuclear terminal creó un [i:05cbd69a5a]Movimiento por la Paz[/i:05cbd69a5a], muchos/as de cuyos/as simpatizantes sentÃan [b:05cbd69a5a]atracción[/b:05cbd69a5a] por el Este al creer -hecho que, entre otras mil cosas, la mismica Historia de la India [b:05cbd69a5a]desmiente[/b:05cbd69a5a] por completo...- que las, digamos.., [i:05cbd69a5a]filosofÃas orientales[/i:05cbd69a5a] podÃan ser la clave de las bendiciones de la paz. Lo cierto, damas y caballeros, es que, en realidad, bajo el, llamémosle.., [i:05cbd69a5a]flujo hacia el Este[/i:05cbd69a5a] subyacÃa una [b:05cbd69a5a]tendencia[/b:05cbd69a5a] en la Historia del pensamiento de la humanidad toda: en FilosofÃa, contra el crudo pragmatismo y positivismo preconizado por los/as universitarios/as de los años 40 y 50 del recién pasado siglo; en Ciencia, contra las descaradÃsimas certezas del universo mecánico que hábÃan sido el modelo dominante desde el maestro Newton al maestro Einstein. ¡Ah!, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a]!; ¿en [b:05cbd69a5a]qué[/b:05cbd69a5a] momento de la Historia de un movimiento cultural se convierte la influencia sobre el [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] en influencia sobre el PENSAMIENTO? [i:05cbd69a5a]Qui lo sa![/i:05cbd69a5a] PodrÃa decirse, sin duda, que es [i:05cbd69a5a]la pregunta del millón de euros[/i:05cbd69a5a]..; ¿no? ¿Saben?; un profesor de FÃsica de la costa oeste de la tierra de los/as [i:05cbd69a5a]yankees[/i:05cbd69a5a] (que, practica la meditación y tal y tal..; va..; que, les digo quién es: el profesor Capra -cfr. s/. "[i:05cbd69a5a]The Tao of Physics[/i:05cbd69a5a]"; Yales Un. Press, 1983, pág. 11 y ss.-) solloza como un bebito ("[i:05cbd69a5a]una tarde de verano, cuando de pronto me dà cuenta de que (...) los átomos de los elementos y los de mi cuerpo participaba en (...) la danza de Shiva[/i:05cbd69a5a]"; ¡casi [i:05cbd69a5a]ná[/i:05cbd69a5a]!, ¿no les parece?). En una calle de Surbiton, un joven corredor de bolsa, que cocina con un [i:05cbd69a5a]wok[/i:05cbd69a5a] (habrá quien aún ignorará que es una tÃpica cazuela china muy profunda..; seguro), y duerme sobre un [i:05cbd69a5a]futon[/i:05cbd69a5a], lleva a cabo el mantenimiento de su motocicleta según los preceptos del [i:05cbd69a5a]zen[/i:05cbd69a5a]. En una villa cerca de Firenze, un viejo esteta encantador y anfitrión insuperable graduado con honor en Eton recuerda nostálgicamente cuándo descubrió la delicadeza del Arte chino y la infinita superior sencillez de la comida china; que, lo llevaron a experimentar la filosofÃa china de la vida (experimento que, dicho sea de paso, me consta que le [b:05cbd69a5a]decepcionó[/b:05cbd69a5a]..; pero, tal cosa ahora no viene al caso...). En Coombe Hill (Surrey), un urbanizador anuncia pisos de estilo japonés con vistas a "[i:05cbd69a5a]jardines japoneses idÃlicos[/i:05cbd69a5a]"; y, lo que [b:05cbd69a5a]vende[/b:05cbd69a5a], damas y caballeros, es, ¡no sólo un estilo concreto!, sino también un [b:05cbd69a5a]tipo[/b:05cbd69a5a] de vida oriental idealizado. En las montañas bolivianas, mueren [i:05cbd69a5a]leaders[/i:05cbd69a5a] embutidos en traje estilo [i:05cbd69a5a]Mao[/i:05cbd69a5a], acribillados, tratando de aplicar los aforismos marciales que decÃa un anciano en PekÃn. En un espacio reducido del norte de Oxford, niños/as británicos/as cuelgan su [i:05cbd69a5a]haiku[/i:05cbd69a5a] en las paredes de la escuela; y, en el jardÃn de una facultad, se alza, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a], un precioso edificio que imita un salón de té japonés. SÉ que un yesero de Birmingham y un golfista profesional de Palm Beach comparten el interés por la lucha libre japonesa y la carpa al estilo [i:05cbd69a5a]kiopu[/i:05cbd69a5a]; que, de forma gradual -e, inconscientemente- les ayudan a deshacerse de prejuicios heredados... Un juez británico que me honra con su amistad es [b:05cbd69a5a]budista[/b:05cbd69a5a], un fÃsico de Harvard con quien me encanta conversar estudia el [i:05cbd69a5a]tao[/i:05cbd69a5a]. En tierras neozelandesas, un alfarero ha conseguido fama mundial por su arte al haberse empapado, rigurosa y exclusivamente, de tradiciones japonesas. En un callejón cerca de [i:05cbd69a5a]Trafalgar Square[/i:05cbd69a5a], un entrañable amigo, arquitecto con tendencia a lo clásico, ha re-modelado un patio -para un patrón cuyo apellido es Jin...- al estilo Chippendale chino. Los/as habitantes de un ático de la [i:05cbd69a5a]Villa y Corte[/i:05cbd69a5a] (¡y, no han votado en su vida!) siguen la moda de quien fué presidente del gobierno en la primera época [i:05cbd69a5a]sociata[/i:05cbd69a5a] plantando [i:05cbd69a5a]bonsais[/i:05cbd69a5a] en su, se lo aseguro.., bellÃsima terraza y practicando el [i:05cbd69a5a]ikebana[/i:05cbd69a5a]. Una orquesta indonesia decora un [i:05cbd69a5a]foyer[/i:05cbd69a5a] del [i:05cbd69a5a]Royal Festival Hall[/i:05cbd69a5a]. En un anuncio popular de la [i:05cbd69a5a]tele[/i:05cbd69a5a] británica de cuando yo vivÃa allà (sobre 1990, aclaro...), a un vendedor de cristal doble -por si no lo saben, la paradigmática personificación en el United Kingdom de la [b:05cbd69a5a]lepra[/b:05cbd69a5a] social...- sólo le abrÃan la puerta en la sede de una secta de tipejos horripilantes con atuendos de color azafrán. En fin..; en [i:05cbd69a5a]Yankeeland[/i:05cbd69a5a] un [i:05cbd69a5a]classique[/i:05cbd69a5a] chino sobre el arte de la guerra ha llegado a absoluto [i:05cbd69a5a]best seller[/i:05cbd69a5a] ¡entre los libros sobre, pásmense, [u:05cbd69a5a]negocios[/u:05cbd69a5a] más vendidos! Lo anterior son, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a], viñetas representativas -por supuesto, rigurosamente [b:05cbd69a5a]documentadas[/b:05cbd69a5a]- de la recepción de la influencia oriental en la cultura occidental contemporánea... Individualmente, quizá, podrÃan hasta descartarse como idiosincráticas, excéntricas, superficiales, caprichosas o de corta duración. Pero, en su conjunto y aliadas al desarrollo de la influencia oriental sobre el [b:05cbd69a5a]modo[/b:05cbd69a5a] de pensar de los/as cientÃficos occidentales sugieren, ¿no les parece?, que el mundo mundial está experimentando un [b:05cbd69a5a]revés[/b:05cbd69a5a] de la dirección convencional del flujo de ideas formativas. Me parece que está más que claro que, después de dos o tres siglos de haber sido [b:05cbd69a5a]golpeado[/b:05cbd69a5a] y amasado por las influencias occidentales, el Este se está DESQUITANDO intelectualmente. Es decir..; vamos a decir que sólo, en el fondo, pretende hacerlo intelectualmente... No seamos mal pensados/as..; ¿vale? Lo que da de sà el [b:05cbd69a5a]gusto[/b:05cbd69a5a] de un prÃncipe de Wales, no? Es lo que tiene lo [i:05cbd69a5a]british[/i:05cbd69a5a], damas y caballeros... Que GUSTA..; y, punto. Siempre, en cualquier caso, a su disposición, [i:05cbd69a5a]mes amis/es[/i:05cbd69a5a]. Jaume de Ponts i Mateu jaumedeponts@terra.es Tortosa (Baix Ebre) -Catalunya/UE- 05/03/2005, 0144 hs. a.m. [i:05cbd69a5a]post scriptum[/i:05cbd69a5a].- para interesados/as en profundizar, recomendarÃa la espléndida "[i:05cbd69a5a]Carlton House: the Past Glories of George IVs Palace[/i:05cbd69a5a]"; pub. por el [i:05cbd69a5a]bureau[/i:05cbd69a5a] al caso en London en 1991. Absolutamente [b:05cbd69a5a]definitivo[/b:05cbd69a5a], damas y caballeros. |