El 8 de mayo de 1945, cuando la segunda guerra mundial imperialista estaba llegando a su fin, el ejercito alemán se rinde, venciendo los aliados.
Esto, posteriormente, fue presentado por historiadores liberales de Inglaterra, EE.UU. y Francia como el fin de los regimenes totalitarios y el retorno de las naciones al paraíso democrático y libre. No era una lucha imperialista por el reparto del mundo, vinculada con la crisis del 30’ y las luchas obreras, solo era la defensa de la “democracia” ante el horror nazi-fascista.
Sin embargo, ese mismo día ocurrió en Argelia, un hecho que resulto significativamente paradójico y revelador: El ejercito de ocupación frances a cargo del General Duval apoyado por mercenarios, masacra en Sétif a miles de argelinos por salir a las calles y levantar sus banderas independentistas. Así el estado francés, quien puso sus manos sobre Argelia allá por 1830, se muestra dispuesto a todo por mantener su colonia. Quema de villas, fusilamientos y bombardeos de aldeas es la respuesta que da el gobierno de Charles de Gaulle al pueblo argelino.